Festival de cine de cannes Catherine Deneuve regresa al certamen

Desplechin tantea la Palma de Oro con 'Un cuento de Navidad'

  • El realizador francés analiza en el filme las relaciones entre padres e hijos

Las grandes historias no precisan de lugares remotos ni viajes extraordinarios. A veces, las cuatro paredes de un hogar pueden encerrar una galaxia de mundos desconcertantes, como ocurre en Un cuento de Navidad, el drama del francés Arnaud Desplechin, que parte como la gran esperanza de que la Palma de Oro se quede en casa.

Hace más de 20 años (Sous le Solei de Satan, 1987) que el gran premio del Festival de Cannes se va fuera del país y la prensa especializada local tiene depositadas sus esperanzas en que este año sea diferente con la película presentada hoy a concurso, sobre una familia aparentemente normal que libera sus fantasmas durante unas Navidades.

La tormenta liberadora, similar a la tromba de agua que ayer empapó la alfombra roja de Cannes, se desata a raíz de una extraña enfermedad de la madre (Catherine Deneuve) en la que sólo le puede ayudar el hijo (Mathieu Almaric) que ha sido repudiado por su hermana (Emile Berling).

Con referencias al teatro de Shakespeare, una ecléctica mezcla musical, fiel eco de la fusión de sonidos que actualmente se gestan en Francia, y una estructura narrativa que trata de explorar nuevas vías, Desplechin, admirado por los cinéfilos más radicales, aborda las relaciones entre padres e hijos. Tal vez se trate de un punto de partida clásico, pero la novedad reside en cómo lo tantea y explora, tanto en el fondo como en la forma.

"Intento ser un actor entre otros actores", dijo Desplechin al explicar su trabajo. El director comentó que intenta recoger de todas partes un poco, al igual que los intérpretes, para "producir algo especial".

Este largometraje coral, el primero de las tres apuestas francesas en el certamen, cuenta también con la participación de la hija de Deneuve, Chiara Mastroianni, que lleva el apellido del padre escrito en el rostro.

Madame Deneuve, para quien el paso de los años sólo se nota en una cada vez más notable aura de diva, es una de las pocas actrices de su generación que sigue viniendo a Cannes casi cada año, y no sólo para rellenar la alfombra roja.

"Cada vez trabajo con directores más jóvenes", dijo en la conferencia de prensa, donde se le preguntó si seguía actuando para mantenerse en forma. "No trato de mantener ninguna curiosidad", replicó tajante. "Yo siempre fui curiosa y me han interesado las cosas", añadió. "O eres (curioso) o no lo eres", concluyó Deneuve.

Las "conexiones" de la película con el jurado han sido otro de los temas de conversación de la jornada, pues Deneuve y Mastroianni fueron las voces de la celebrada Persépolis, la película de animación con la que la directora franco-iraní Marjane Satrapi se alzó el año pasado con el Premio del Jurado.

Almaric, uno de los actores franceses más celebrados, es el padre de los dos hijos de la actriz francesa Jeanne Balibar, miembro también del jurado.

La segunda película presentada a concurso, la turca Uc Maymun (Tres monos), de Nuri Bilge Ceylan, también se desarrolla dentro del ámbito familiar. El pequeño apartamento a las afueras de Estambul donde vive la familia supone un infierno para un joven que no sábe qué hacer con su vida y un matrimonio que apenas consigue comunicarse. Sobre los tres planea la muerte hace años del más pequeño de la familia. Planos estudiados que pocas veces se apartan de los rostros y una fotografía de colores saturados pero al servicio de la trama refuerzan el drama que se cuece lentamente pero con la certeza de que cuando estalle sus efectos serán devastadores.

El título se refiere a los tres monos que no hablan, no escuchan y no ven, explicó el director, quien aseguró que en la vida "todos interpretamos mucho los tres monos".

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