Cuando una banda de música alcanza a cumplir diez años de vida sobran motivos para la celebración. En el caso de TantaTrampa el festejo viene envuelto en un ansiado regalo: el nacimiento de su primer disco. La banda de percusión malagueña da un paso más en su trayectoria con la salida al mercado de Desde abajo, un álbum de producción propia, grabado en directo y que sonará este viernes en la sala Eventual Music de Málaga.

Lo que empezó siendo una banda de batucada con seis percusionistas ha acabado convirtiéndose en una gran formación que mueve sus pasos a ritmo de samba pero también de reggae, funky, hip-hop y bulerías.

"Todo lo que queremos cambiar empieza desde abajo", resume Alejandro Sierra, vocalista y percusionista, como justificación del título de este trabajo que sale al mercado con diez temas y un millar de copias en las tiendas. "También lo hemos distribuido en sitios alternativos de Madrid y otras ciudades", añade Sierra.

Consciente del influjo imparable de las Nuevas Tecnologías en los hábitos del público, TantaTrampa no nada a contracorriente. "No sacamos este disco para ganar dinero, sabemos que vender hoy en día no es la solución. Pero cuanto más gente escuche nuestra música, mejor", sostiene el cantante. De ahí que la banda recurra a internet como aliada. Desde su página web invita a descargar sus temas, y el concierto del viernes estará colgado en Youtube al día siguiente.

Para dar forma a Desde abajo , Tantatrampa ha optado por prescindir de los temas puramente percusionistas, más acordes a sus inicios como banda de batucada. Imparable, la banda cuenta ya con nuevas canciones compuestas que pretende incorporar a un segundo disco al que se dedicará, si los tiempos le favorecen, tras el parón navideño.

TantaTrampa ha compartido cartel con músicos afines a su sonoridad, entre ellos Ojos de Brujo, Carlinhos Brown, Los Delinqüentes, Kiko Veneno y, sus admirados Tabletom. "Quisimos contar con su colaboración para este disco pero no ha podido ser", lamenta Sierra.

En sus conciertos, la fuerza de la batucada se transforma en un repertorio de canciones, donde la percusión (congas, darbouka, surdo, pailas, cuica, cencerros y cajón flamenco, entre otros instrumentos ) resuena acompañada de cuerdas (bajo y guitarra) y de vientos (saxo, trompeta y trombón).

Con "mucho sacrificio" y apenas 3.000 euros los nueve integrantes de esta caja de ritmos han logrado sacar adelante un proyecto de autogestión musical con el que se proponen seguir dando el cante.