Cultura

Dulce Haendel de Navidad

Concierto de Navidad. Fecha: 18 de noviembre de 2009. Programa: 'El Mesías' de G. F. Haendel. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Solistas: María Espada (soprano), Carlos Mena (contratenor), Juan Sancho (tenor) y José Antonio López (bajo). Director: Álvaro Albiach. Aforo: casi completo.

Y el tiempo prosigue en nuestras vidas hasta encontrarnos con una nueva cita dentro de las tradicionales que ofrece la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM). Para la ocasión, el programa se dedicó al conocido El Mesías del, dicho sea de paso, conmemorado Haendel.

Lo cierto es que, como en anteriores ocasiones, programar una pieza bastante conocida tiene sus ventajas e inconvenientes. Y aunque se agradece que no se olviden de las mismas de vez en cuando, es una clara invitación a la comparativa entre las distintas versiones que puedan existir, al margen de gustos historicistas.

Sin embargo, un año más no solo llegan estas festividades sino que además se vuelven a contemplar resultados sonoros de igual nivel en lo que respecta a la interpretación de la música barroca. Esto se traduce con un sonido impecable y técnicamente muy eficiente por parte de los maestros de la OFM, pero que se queda en la total dulcificación de este período histórico. Barroco es sinónimo de contrastes, y por tanto hay que alejarse de los sonidos de tintes románticos, de los simples matices basados en forte y piano, y de los bajos continuos vibrados en exceso en la cuerda grave.

Indiscutiblemente la obra fluyó bien. Tal vez con ciertas matizaciones por parte de la batuta muy personales en lo que se refiere al fraseo y el sentido musical, tal vez con momentos de acentos muy artificiales como en And He shall purify, pero se presupone que con buenas intenciones.

En el apartado de solistas vocales comenzamos con María Espada la cual se mostró mucho más eficaz tanto en la segunda como en la tercera de las partes. Tras un desigual Rejoice greatly, la soprano fue demostrando la excepcional visión que posee de la música antigua llegando bellos momentos en I know tha my Redeemer y If God be for us. Carlos Mena mostró igualmente su valía, siendo el que imprimió más carácter dramático a sus intervenciones como en He was despised. El tenor Juan Sancho se exhibió seguro y con una vocalización firme desde el comienzo contemplando un notable Behold, and see. Finalmente, José Antonio López presentó su voz compacta en perfecta dicción pero con demasiado apego a la partitura. En este sentido, destacó su The trumpet shall sound en fiel y brillante acompañamiento de la trompeta solista del maestro San Bartolomé.

Las intervenciones del coro fueron igualmente importantes y decisivas. Más certeras en Lift up your heads y Worthy is the Lamb, que en el conocido Alleluya de carácter ambivalente entre lo dulce del comienzo (vuelve irremediablemente el adjetivo) y la clarividente expresividad final.

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