Cultura

La Escuela de Málaga presenta otro novillero para ilusionar

  • Adolfo Ramos se llama la nueva promesa local, cortó dos orejas, pero dejó mejores impresiones

Se llama Adolfo Ramos, recuerden el nombre. Se trata de un nuevo novillero con el que la Escuela Taurina de Málaga da motivos a la afición local para soñar. En su historia reciente, primero fue Juan Carlos Cabello. El pasado año, Saúl Jiménez Fortes, que se anuncia el viernes en una novillada con picadores en La Malagueta. Y este año el citado Adolfo Ramos, por señalar varias cabezas de turco de un proyecto que está funcionando bien.

El alumno de la escuela local cortó dos orejas, pero más allá del resultado artístico, lo mejor fueron las sensaciones que dejó sobre el albero malagueño. Su principal argumento es el valor, pues pisa terrenos complicados con una serenidad y elegancia reseñable. Pero además tiene cabeza. Destila naturalidad, lejos del toreo de escuela encorsetado que heredan muchos novilleros. Este joven anda por la cara de los novillos siempre según sus condiciones, para sacarle el máximo partido. Y ayer se pudo ver con un oponente que no le ayudó, uno de los peores de la tarde, al que instrumentó una faena para los aficionados de verdad.

También destacó el salmantino Ángel Bravo, que abrió plaza y al que le pidieron la segunda oreja. Mostró oficio. Y ganas al irse a portagayola. Con el capote estuvo discreto y mejor con la muleta. Los albaceteños Alberto Pozo y Kevin Hernández (saludo y silencio, respectivamente) se gustaron con un quite a la limón. Mejor corte mostró el de La Línea, Juan Cortés, quien sólo recibió palmas porque no acertó con el acero. Su novillo tampoco le ayudo, aunque la corrida de Giménez Indarte fue buena. El pacense Rafael Cerro saludó en los medios. Ayer hubo otra buena entrada y hoy será la última semifinal (19:00), también gratuita.

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