La interacción entre cristianos y musulmanes "tanto en la paz como en la guerra" ha interesado siempre al autor jiennense Juan Eslava Galán, que ha escrito Califas, guerreros, esclavas y eunucos (Espasa) para "informar" sobre el Islam como religión y forma de vida y "destruir mitos y falsos clichés".

Frente a quienes "demonizan" o "idealizan" los ocho siglos del Islam en España, debido al "tremendo desconocimiento que hay sobre ese periodo histórico", Eslava Galán se propuso ofrecer información al hombre de la calle "para que pueda entender el Islam actual", que "nos implica cada vez más y que debemos conocer antes de juzgar".

Eslava recalca que en el pasado musulmán "no todo ha sido desencuentro, cruzada o guerra", sino cultura y unos valores humanos que pueden renacer.

Califas, guerreros, esclavas y eunucos empieza contando qué es el Islam y cómo se desarrolla, tras un primer capítulo donde anuncia que Llegan los moros: es el año 711 y Musa ibn Nusayr, gobernador musulmán (walí) de Ifriquiya y el Magreb, contempla desde la playa que "huele a yodo y algas marinas" la franja verde al otro lado del Estrecho, la antigua Hispania romana ahora convertida al reino godo. Así, introduce la narración de lo que será la incidencia "de los moros" en España -la invasión, la Reconquista y la expulsión de los moriscos-, para terminar mirando al futuro europeo y de este país, ante "la masiva emigración islámica y el hecho de que esas comunidades tienden a crecer cada vez más".

"La única apuesta posible para el futuro es el entendimiento, comprenderse y hacerse respetar, que el emigrante respete los Derechos Humanos como base de las leyes en Europa", subraya este escritor que aboga por desechar el prejuicio sobre esa "minoría ruidosa" de los fundamentalistas, aportando "visiones humanísticas" de lo que ha sido el fenómeno islámico en Europa.

"Atiendo a la visión de la inmensa mayoría, que sólo quiere vivir mejor y con dignidad", afirma Eslava Galán, que escribió el libro convencido de que "no queda sino asumir los grandes cambios que se avecinan en la sociedad europea" y apostar por nuevos mundos "en toda su compleja diversidad".

Los árabes, que venían del desierto, "recogieron la herencia mediterránea de griegos y romanos, la cultura alejandrina, y supieron transmitirla", recuerda sobre lo que fue, en cierto modo, su aportación.

Unas páginas del libro las dedica, por ejemplo, a explicar cómo era una ciudad musulmana concreta durante el califato de Córdoba -Calatrava la Vieja, en Ciudad Real-, en la idea de que se puedan valorar "unos adelantos técnicos que los cristianos estaban lejos de poseer" y se amplíe el marco de visión del futuro.

Pero "las sociedades no siempre dan pasos hacia adelante, sino que a veces los dan hacia atrás", asevera.