Cultura

Estrella Morente retoma el trabajo inacabado de su padre en 'Autorretrato'

  • El disco, producido por Enrique Morente, sale hoy a la venta y cuenta con Pat Metheny, Michael Nyman y Paco de Lucía.

Autenticidad, sencillez y amor por el flamenco. Esas son las cualidades que Estrella Morente muestra en Autorretrato, su vuelta al mercado tras seis años. Ni el tiempo pasado -21 meses- ni la certeza de saber que su padre, más que fans, tenía devotos, mitiga "ni un poco", afirma Morente, la amargura de haberse quedado huérfana de su referente en la música y en la vida. Guapa, muy guapa durante la presentación del disco que sale hoy a la venta; de negro pero del negro que favorece, no el del luto, parece que fuera otra a la que los espectadores vieron cantando desgarrada ante el féretro de su padre. Emocionada con tener en sus manos el primer disco en el que colegas de su padre, de Michael Nyman a Path Metheny y de Paco de Lucía a Tomatito, Autorretrato sale en el momento que tenía que salir. "A todo le llega el momento de ver la luz. Ahora sí me encuentro con fuerzas", resume.

Autorretrato es un disco concebido y producido por Enrique Morente al que su muerte en diciembre de 2010 dejó a medias. "Este disco no tiene nada que ver con la tragedia. Es el esfuerzo de un caminar musical por una obra producida por Enrique Morente, cantada con muchas ganas e ilusión tremenda por la vida y no se merece relacionarlo con una pena", comenta.De momento, dice sacudiendo la cabeza para apartar ese tema de su vereíta, está pletórica con el resultado del disco, con una foto en portada de Sergio Parra de la serie Camerinos, hecha en el Teatro Español, en la que se ve a su padre detrás y un dibujo de ella como contraportada.

La cantaora no se cree "nada ni nadie", a pesar de que el solo hecho de pronunciar su nombre provoca genuflexiones mentales en los aficionados. "Mi casa -como ella se refiere a su familia- es muy sencilla, humilde y trabajadora", asegura.

En el disco ha querido incluir dos poemas de San Juan de la Cruz. Uno, Le di a la caza alcance, con la música de Réquiem de Nyman, tan generoso que no tiene para él palabras suficientes de agradecimiento, y otro, Bulería del amado, con una composición suya acompañada de Tomatito.

Toca los palillos -castañuelas- en las sevillanas antiguas Lola -dedicadas a Lola Flores- porque así se lo pidió Morente; se pone melancólica en En un sueño viniste, los tanguillos que le cantaba al oído a su padre cuando éste agonizaba en el hospital; y esperanzada en los tangos La estrella, con Ketama. En la Habanera imposible, con Vicente Amigo, hace "un guiño al futuro"; subraya su pasión por la lidia en Tangos toreros y en Bulerías de la corriente, y en la Canción del bembón se acuerda de los inmigrantes a los que veía llegar a la costa y del sentimiento de solidaridad que se le despertaba.

En tus sueños es "un poema secreto" que su padre dejó a su madre con la música de Pat Meheny, Cuba-Cái refleja su gusto por los cantes de ida y vuelta, y Seguirillas de la verdad, con Paco de Lucía, están hechas "a puro dolor y rabia". El disco se cierra con Adagio, una soleá que canta con su padre, y en la que terminan diciendo "ay!, llorando y en penitencia a buscarte un día me fui". "Quién se iba a imaginar?", remata la cantaora.

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