Cultura

Eugenia Tusquets investiga un cuadro perdido de Picasso

  • La artista publica un libro sobre la aparición del óleo 'Don Tancredo', exhibido en la primera muestra del autor en París

La artista Eugenia Tusquets narra en la novela El cuadro perdido de Picasso la historia real de la aparición reciente de un cuadro del pintor malagueño, Don Tancredo, que hasta entonces se daba por desaparecido. Aunque la autora ha cambiado las identidades de los protagonistas, la historia de base es real, aseguró ayer durante la presentación.

En 1992, una anticuaria compra en un mercadillo parisino un viejo cuadro sin firmar y tras muchas pesquisas piensa que podría tratarse del desaparecido Don Tacredo que Picasso pintó en 1901 para su primera exposición francesa. Según explicó Tusquets, "el lienzo sería un homenaje de Picasso a su íntimo amigo Casagemas, que poco antes se había suicidado".

Tras la investigación que Tusquets ha realizado para escribir el libro, la autora sostiene que "Casagemas no se habría suicidado por un amor no correspondido con su amante, la modelo Germaine, sino que en realidad se mató porque estaba enamorado de Picasso".

El suicidio, añade Tusquets, habría llegado por las dificultades en la época de "salir del armario" y el problema de aceptar la homosexualidad en una sociedad tan rígida.

Maya Picasso tardó siete años, indica Tusquets, en autentificar el cuadro de su padre, "debido sobre todo a la ausencia de la firma del artista, algo habitual en sus primeros cuadros, cuando todavía no era conocido".

Don Tancredo era el único cuadro que permanecía perdido de los 65 exhibidos en la primera exposición de Picasso en París, y en el catálogo era el cuadro número 63. Según Tusquets, "Maya autentificó el cuadro por la inconfundible letra del galerista Vollard y el número 63, y también por que, más allá de sus asesores, adoptó la decisión con el corazón".

La autora ha tenido acceso al cuadro, que hoy está depositado en una caja fuerte de un banco suizo, "aunque sólo tenía permiso para hacer un bosquejo, no tomar fotografías".

A partir de ese bosquejo, Eugenia Tusquets ha realizado dos copias interpretativas en gouache del cuadro original, en el que en un alegórica plaza de toros aparece un Don Tancredo, una figura de color negro rodeada por cinco caballos blancos.

Tusquets considera que "ese cuadro fue pintado por Picasso en homenaje a Casagemas poco antes de que se inaugurara la exposición en la galería Vollard, después de que el galerista rechazara todas las obras que Picasso había hecho de su amigo Casagemas muerto".

La artista cree que "este cuadro es el eslabón perdido que faltaba entre el Picasso del realismo academicista y su período simbolista, la época azul, que se inaugura con 'El entierro de Casagemas". Para abonar aún más su teoría, Tusquets sostiene que "la figura central es en realidad Casagemas, que siempre vestía una levita negra, y los cinco caballos aluden a los cinco amigos que comían con él en el restaurante L'Hippodrome cuando se disparó en la sien, o los cinco espectros que salen en su único poema, publicado en 1900".

El cuadro perdido de Picasso (Editorial Funambulista) se alimenta de la investigación llevada a cabo por Tusquets para aportar pruebas a la certificación de Maya Picasso, al tiempo que ofrece una radiografía de los entresijos del mercado del arte. Tusquets aventura que "el cuadro permanecerá oculto a la espera de encontrar el momento más propicio para que en una subasta internacional se convierta en uno de los Picasso más caros"

Eugenia Tusquets Trías de Bes nació en Barcelona y es pintora desde hace más de treinta años. A mediados de los años 70 colaboró en el programa Tiempo Libre de TVE escribiendo los guiones para la sección de arte. Instalada en Estados Unidos donde permaneció cerca de diez años, ejerciendo como crítica de arte en diversas revistas culturales del ámbito latino.

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