Cultura

Falstaff pide otro banquete

  • El Festival de Málaga adopta como 'Película de Oro' para su próxima edición 'Campanadas a medianoche', el filme que Orson Welles rodó en España

Shakespeare no fue nunca una cuestión ajena para Orson Welles. No sólo cuando adaptó sus obras: ya en Ciudadano Kane (1941) la impronta del Bardo estaba presente para una de las construcciones humanas más redondas de la historia del cine; y así lo fue hasta el vertiginoso juguete que compuso en F for Fake (1973), el falso documental sobre las falsificaciones (valga la redundancia, esta vez) en el mundo del arte, cuyo narrador ejercía de quisquilloso Próspero revelador de enjundias. Pero sí, también Welles, y de manera casi inevitable (los gigantes tienden a encontrarse por el camino), abordó directamente a Shakespeare en tres magistrales títulos: Macbeth (1948), Otelo (1952) y Campanadas a medianoche (1965). Pero el más personal fue el último, en parte porque Welles siempre se identificó con el empecinado hedonista John Falstaff y su colmada visión de la existencia. También fue, de las tres, la que más trabajo exigió hasta su completa realización, con un difícil rodaje en Españapor decisión propia de Welles (algo del carácter español y quijotesco debía contaminar a la mirada que el cineasta depositó sobre el personaje de Shakespeare, y así fue) y sacada adelante gracias a una coproducción hispano-suiza (ahí estaban Emiliano Piedra y Ángel Escolano arriesgando sus caudales). Welles se salió, de cualquier forma, con la suya: le dio a Falstaff la película que merecía, urdiendo una trama que rescataba la presencia del personaje en Enrique IV,Enrique V, Las alegres comadres de Windsor (con los momentos más hilarantes del filme) y, de paso, Ricardo II. El borrachuzo habitante de La Cabeza del Jabalí (no existió jamás taberna más literaria), instructor de reyes en las cuestiones mundanas, mujeriego fatídico y pagado, al fin, con la misma moneda (asegura la leyenda que fue la reina Isabel quien pidió a Shakespeare un Falstaff enamorado, y así nacieron Las alegres comadres de Windsor) compareció, claro, en la figura de Orson Welles, acompañado en el reparto por el gran bastión de la escena shakespeariana, John Gielgud, así como por la bellísima Jeanne Moureau, Keith Baxter, Margaret Rutherford y muchos otros. Para contar la historia de Falstaff, además, Welles decidió llevar el cine al límite de sus posibilidades técnicas, hasta engendrar un filme capaz de narrar en multitud de matices, planos imposibles, sugerentes puntos de vista y una arquitectura que parecía ideada por el propio Falstaff. Materializar semejante despropósito complicó aún más el rodaje y la producción, pero hoy día Campanadas a medianoche (que Welles quiso titular, sencillamente, Falstaff) es celebrada, también, como una obra innovadora que abrió muchos caminos a la hora de trasladar una historia a las imágenes, ampliamente transitados luego por otros (de hecho, el filme concurrió en el Festival de Cannes y se llevó los premios técnicos). Ayer, el Festival de Cine Español de Málaga anunció que adopta Campanadas a medianoche como Película de Oro de su próxima edición, que se celebrará del 17 al 26 de abril; lo que quiere decir, entre otras cosas, que se podrá disfrutar de tan hermosa película en pantalla grande, con todas las de la ley. Y que habrá oportunidades varias para acercarse a ella con ánimo de aprendiz. La elección no deja de ser una buena noticia. Vaya que sí.

Entre esas otras oportunidades destaca, según informaron ayer fuentes del festival, la presentación del libro Las cosas que hemos visto. Welles y Falstaff, escrito por el crítico y realizador Esteve Riambau y publicado por la editorial Luces de Gálibo. En sus páginas se establecen las relaciones de Welles con Shakespeare y España para emprender un exhaustivo recorrido por las obras teatrales en las que se basa la película antes de abordar el rodaje en distintos escenarios españoles. Además, con motivo de esta publicación, habrá una mesa redonda el 22 de abril con la presencia, entre otros, del propio Esteve Riambau; Luciano Berriatúa, restaurador de Campanadas a medianoche para la Filmoteca Española; y el actor José María Pou, que encarnó a Welles en la obra teatral Su seguro servidor. Los tres desentrañarán ante los asistentes la obra maestra de Welles y su trabajo en España. Falstaff pide otro banquete. Y habrá que servírselo, antes de que se enfade.

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