Cultura

El Festival de Cine despide a su coordinador general tras destituir al director ejecutivo

  • La organización del certamen justifica una vez más la salida de Antonio Luque con motivos de reestructuración de personal

Sólo cuatro días después de que el Festival de Cine Español de Málaga decidiera prescindir de quien había sido su director ejecutivo desde 2009, Franjo Parejo, su director general, Carmelo Romero, decidió ayer destituir al coordinador de producción del certamen, Antonio Luque. Desde la organización del festival se relacionó también ayer esta decisión, tal y como ocurriera con Parejo, con motivos propios de la "reestructuración de personal y oficinas", si bien otras fuentes cercanas al certamen confirmaron que esta decisión se esperaba ya que Luque ha trabajado en los últimos años como verdadera mano derecha de Parejo. Romero, cuyo contrato al frente del festival expira en unos días, retira así del organigrama a sus dos colaboradores más estrechos, una actuación en la que pesan la delicada situación económica del certamen y una gestión que arrastra numerosas deudas. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ya respaldó el pasado viernes el despido de Parejo.

 

Con la salida de Luque y el final próximo del contrato de Carmelo Romero (quien, presumiblemente, no repetirá en el cargo), el Festival de Cine está así obligado a reinventarse, y el primer reto al que se enfrenta es el ajuste de sus cuentas. La deuda que mantiene con trabajadores y empresas contratadas en los últimos años en los más diversos sectores (desde el diseño de carteles hasta las páginas webs hasta la producción de galas y eventos pasando por algunos premiados) se ha acrecentado en todo este tiempo sin que los responsables ahora despedidos se hayan mostrado capaces de cambiar la tendencia. La gestión del Cine Albéniz, convertido en sede estable del festival tras su restauración, se ha convertido en un quebradero de cabeza para la organización del mismo más que en la fuente de ingresos que los más optimistas esperaban. La decisión de Carmelo Romero (quien presenta hoy en el Rectorado de la Universidad, dentro de los actos de la Feria del Libro, un volumen dedicado al director José Luis Borau) resulta sorprendente al efectuarse tan al límite del final de su propio contrato; la destitución de sus números dos y tres, sin embargo, sólo puede entenderse desde una situación de crisis profunda que ya no admite más deudas: el presupuesto del festival se redujo en la pasada edición un 20%, hasta 2'1 millones de euros, mientras que la cantidad que queda por pagar a empresas y profesionales del sector audiovisual ha crecido en la misma proporción.

 

El despido de Antonio Luque tras el de Franjo Parejo, de cualquier forma, obliga a un cambio de orientación profunda en lo económico para el festival, que en la pasada edición logró mantener sus distintas secciones. El apoyo del alcalde puede resultar significativo en este sentido, aunque la materialización de todos estos cambios no se comprobará hasta la edición del año que viene. Mientras, el agujero parece demasiado grande y se cobra sus víctimas.

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