Cultura

Gravura se ilustra con las piezas ganadoras del Premio Carmen Arozena

  • El taller malagueño exhibe hasta el 2 de mayo 30 grabados de los artistas galardonados, entre ellos Rogelio Menéndez

El grabado en Málaga tiene en el taller Gravura un oasis de expresión. El pasado viernes abrió una nueva ventana a su difusión con la inauguración de una muestra que recoge 30 piezas distinguidas en el XXXV Premio Internacional Carmen Arozena. El máximo galardón ha ido a parar al artista asturiano Rogelio Menéndez, el segundo premio a Humberto Valdéz, y el tercero a Amparo Pérez Villar.

Comisariada por Brita Prinz, la exposición permite apreciar, hasta el próximo 2 de mayo, una gran variedad de técnicas desde las más tradicionales como la xilografía, la punta seca, el aguafuerte y el aguatinta hasta las más innovadoras y vanguardistas, fruto de la constante investigación de los artistas que siguen profundizando en la búsqueda de su expresión plástica.

Tantos las obras seleccionadas como las ganadoras son expuestas cada año durante la Feria de Grabado Estampa (en Madrid) y posteriormente viajan a la isla de La Palma donde se realiza la entrega oficial del premio, así como la exposición colectiva de las obras ganadoras que, año tras año, se está celebrando en la Casa Salazar de La Palma.

En esta edición se han presentado 220 grabadores, 100 más que en la edición pasada, procedentes de países como Brasil, Austria, Eslovaquia, Méjico, Italia, Argentina, Portugal, Francia, Perú, Alemania y España.

El premio Carmen Arozena fue constituido en 1973 por la familia y amigos de la artista que, tras su muerte prematura (en Madrid el 16 de febrero de 1963) decidieron crear un premio de grabado con la idea de perpetuar su nombre y su obra. Desde 1989 este galardón de reconocido prestigio está patrocinado por el Cabildo Insular de la Palma, confiriéndole este mecenazgo institucional una garantía de continuidad. Con una trayectoria de 34 años se ha convertido en un referente nacional en su especialidad.

Carmen Arozena creó un procedimiento propio de grabado que facilitaba la creación en cualquier tamaño, así como variaciones con una sola plancha y la unión de dos o más planchas en un sólo grabado, por lo que alcanzó notoriedad como grabadora. Su obra figura en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y en colecciones particulares de España y otros países.

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