Crítica de Cine

Hagiografía autorizada

Alejandro Sanz y Paco de Lucía, en una imagen recogida en la película.

Alejandro Sanz y Paco de Lucía, en una imagen recogida en la película.

Tengo curiosidad por leer a los palmeros habituales del "audiovisual andaluz" a propósito de este documental sobre Alejandro Sanz firmado por algunos sus más insignes impulsores, otrora interesados por el underground local y la contracultura pop-rock, un trabajo cuya única verdad reside en las estrategias de promoción y marketing del entorno del artista y la casa discográfica Warner que lo adoptara a comienzos de los 90 en la que sin duda fue su mejor y más rentable decisión empresarial en mucho tiempo.

Una verdad, la de la hagiografía autorizada y bien podada de maleza, ruido, contraste o suciedad, que activa un discurso del éxito con muchas luces, mucho esfuerzo, mucha tenacidad y muy pocas sombras (faltaría más) y que se ampara en los orígenes humildes, el carácter familiar, la autenticidad de las raíces flamencas, la bonhomía a espuertas y la solidaridad y el compromiso del triunfador como etapas inevitables, de Moratalaz a Miami, de Algeciras a Jarandilla de la Vera, para reescribir una vez más la leyenda y el mito y dejar a un lado la biografía.

Los cuatro firmantes del documental parecen repartirse las tareas del archivo (tal vez lo único destacable en su cualidad de documento sobre el paso del tiempo), el seguimiento de la preparación del concierto del 20 aniversario del álbum Más y las estampas y testimonios de familiares, colaboradores y amigos que, al unísono, esculpen la figura amable, trabajadora, talentosa, generosa y accesible de la estrella que tanto gusta a sus millones de fans.

Ni asomo aquí de las verdaderas y determinantes entretelas del negocio musical, de las estrategias de la mercadotecnia, de los traspiés y las espantás (salvo que humanicen aún más al icono), mucho menos aun, en lo que parece ya una constante en este tipo de trabajos, de los procesos creativos, de cómo nacen, surgen y se hacen la música y las canciones, gusten éstas más o menos.

Toca seguir comprando, aunque ya no sean discos sino entradas o descargas.

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