Ron Perlman. actor

"¿Interpretar a Trump? No quiero pasar tiempo con ese mamonazo"

  • El intérprete da vida a un periodista en la película cubana 'Sergio & Sergéi', del director Ernesto Daranas, que concursa en el certamen malagueño

Ron Perlman posa para los medios, ayer, en el Muelle Uno.

Ron Perlman posa para los medios, ayer, en el Muelle Uno. / Carlos díaz / efe

-¿Qué podemos encontrar en Segio & Serguéi?

-Interpreto a un periodista que vive en Nueva York y que mantiene una relación durarera con el padre de Sergio. Nos comunicamos por código morse. Soy alguien obsesionado por entender cómo es la vida en Cuba como americano. El padre muere y Peter retoma la relación con el hijo, y llega a enviarle equipo nuevo, transmisores y una radio de mano. Hablan de la vida, el amor, la libertad, etc. Y la radio de mano capta una señal desde el espacio y se presenta un dilema. Hay un tipo en la estación espacial Mir, que se suponía solo iba a estar tres meses y lleva seis. No sabe por qué, nadie le cuenta nada, y es Sergio el que le dice: ¿No sabes qué ha pasado? Tu país ha colapsado, no hay más Unión Soviética, ha implosionado. Y comienza a entender que no hay nadie ahí para, ni siquiera, autorizar traerlo de vuelta. Y comenta este problema con su amigo periodista americano, que puede tener conexiones con gente en el Gobierno que puede estar a favor de solucionar este problema.

-¿Cómo es el personaje de Peter, en qué se diferencia de otros que ha interpretado?

-Mi objetivo es nunca repetirme, siempre tener distintas personas a las que interpretar, contextos, puntos de vista y ciertas condiciones. Así que, afortunadamente, ninguno de mis personajes se parece a otros. Lo que me atrajo a este proyecto es la emoción de ser un norteamericano en una película cubana. De cualquier forma, la idea de alguien que está obsesionado con el cine independiente internacional, como soy yo, ve Cuba como la mejor pieza de fruta que has visto y que no puedes morder.

-¿Cómo ha sido trabajar con Ernesto Daranas?

-Es un tío encantador, muy como yo, comparte su noción de la vida, de qué es lo bello y lo horrendo de la humanidad, los tipos buenos y los malos. Es un hombre muy sencillo con un gran intelecto y un gran corazon viviendo, navegando en las olas del compromiso y de ciertas circunstancias. Su hija, que vivió durante el período que describe la película, parece como que no tiene lugar en este mundo: es preciosa, divertida, alegre. Si tu tuvieras que juzgar los efectos del tratado, del Gobierno, en esta gente tú no podrías hacerlo. Parecen tan bien adaptados.

-Gracias a la película ha podido visitar cuba más a fondo, ¿cómo fue la experiencia?

-La primera vez que fui conocí al director por casualidad y ahí me lo propusieron. Luego volví un año después para hacer la película y luego regresé un par o tres veces más desde entonces, porque estoy obsesionado por encontrar una manera de continuar trabajando y disfrutar de un lugar que se me ha metido bajo la piel. Realmente disfruto estando en La Habana, en Cuba. Y estoy buscando la manera de mantener relaciones con el país, también en un nivel artístico, con otras películas que hacer.

-Como estadounidense, ¿qué le parece la dirección que han tomado las relaciones entre ambos países?

-No es conclusiva la dirección que Trump va a tomar. Como americano hay que jugar qué es capaz de hacer, pero parece más obsesionado por acabar con el legado de Barack Obama, independientemente de si es positivo o negativo. Solo quiere hacer parecer que este tipo nunca existió. Así que cualquier avance que se hizo durante la administración Obama -en particular la dirección que tomó Obama abriendo una embajada y comenzando un diálogo con Raúl Castro, poniendo a los EEUU para empezar a acabar con el embargo de sesenta años- Trump aparece y su primer impulso es echar abajo todo eso. Así que me temo que el progreso que se estaba consiguiendo se va a deshacer. No sé lo que eso significa, pero es algo que me rompe el corazón, porque he hecho un montón de buenos amigos cubanos que dependían en las oportunidades que suponían tener una mano amiga en el norte.

-En su carrera ha interpretado a personajes malvados, ¿se pondría en la piel de Trump si llegara el caso?

-No. No quiero pasar ningún tiempo con ese mamonazo, y cuando tú interpretas a un personajes tienes que tener algún tipo de admiración por ese tío, porque vas a pasar algún tiempo caminando en sus zapatos. No hay nada redentor en Trump. Incluso los asesinos en serie que he interpretado tienen algo redentor. De ninguna manera exploraría su humanidad.

-Entonces, ¿cuál ha sido el personaje más difícil para usted?

-Creo que el personaje más desafiante fue el tipo este que hice para Amazon Series hace algunos años, el de Hand of God. Ese tipo era brillante, perjudicial y a ratos loco, como el Rey Lear. Era como interpretar a Lear todos los días. Si le preguntas a cualquier actor, Lear es el más desafiante en cuanto a Shakespeare. Fue un tipo duro de interpretar porque estaba mayormente incómodo interpretándolo, mostrando partes de mí que no eran cómodas de enseñar. Pero era una figura irresistible, un hombre realmente poderoso y grande, que era esencial que intentara hacer con él lo que pudiese.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios