Tras la modificación del proyecto que había exigido la Unesco como condición sine qua non para la declaración de Patrimonio Mundial del Sitio de los Dólmenes de Antequera, licitada en noviembre del año pasado con la correspondiente reducción de la altura para un menor impacto en el paisaje, el museo que explicará y contextualizará toda la historia del conjunto megalítico y su entorno natural en el mismo enclave está más cerca de hacerse realidad. La Junta de Andalucía hizo ayer pública la licitación de las obras de construcción del centro, con un importe total (impuestos incluidos) de 6.823.096 euros, con lo que, tal y como estaba previsto, la intervención comenzará después del verano. La Unión Europea aporta el 80% de la financiación a través de los fondos Feder, mientras que el plazo de ejecución, según se había señalado en la previsión de gasto a finales del año pasado, se establece en 18 meses. Las empresas constructoras interesadas tienen hasta el 7 de agosto para presentar sus propuestas. Las obras incluyen, entre otras tareas, la demolición de parte de los trabajos previos, el acondicionamiento de los terrenos, la cimentación, el saneamiento y diferentes instalaciones.

Según reza la memoria del proyecto de ejecución, redactado por la firma Arquitectura Campos Alcaide, la intervención pasa por una transformación profunda del edificio ya existente, exento de cualquier tipo de catalogación así como de uso. Para reducir el impacto visual que ejerce el mismo en el paisaje, se demolerán todos los elementos emergentes por encima de la planta baja y todas las partes exteriores innecesarias (elementos protuberantes y geometrías complejas). La documentación recuerda que el entorno del equipamiento es bastante inhóspito, sobre todo en verano, por lo que se apunta al acondicionamiento de un espacio exterior en el que los visitantes puedan esperar con comodidad a la entrada y salida del museo. Para ello se contempla la instalación de una cafetería, zonas lúdicas y áreas especialmente orientadas a los atractivos naturales y urbanos del entorno: el cerro de Marimacho, la peña de los Enamorados, el Torcal de Antequera y el Casco Histórico del municipio, además de los propios dólmenes. También está prevista la reducción del número de acabados exteriores, especialmente los de chapa y vidrio como los más ajenos al conjunto, para que el edificio ofrezca una imagen unitaria; el revestimiento neutro acabado en color marfil, con la unificación monocroma de todos los elementos; y una caja escénica (denominada Antequera Milenaria) que acogerá la exposición permanente, rodeada por espacios complementarios a modo de bambalinas en la que se alojarán otras instalaciones, capillas para museografía o entradas de luz indirecta. Además de esta caja escénica, en la única planta sobre rasante los visitantes podrán encontrar una sala de exposiciones temporales (bautizada con el nombre de Manuel de Góngora) y un salón de actos (que rendirá homenaje a su vez al paleontólogo alemán Hugo Obermaier), entre otras dependencias. Si la anterior propuesta incluía un volumen de 18.000 metros cúbicos sobre rasante, tras la exigencia de la Unesco esta capacidad se reduce en casi 7.000 metros cúbicos.

Otras dependencias con las que contará el Museo de los Dólmenes de Antequera son las aulas pedagógicas (que estarán ubicadas en el sótano), el centro de documentación, almacenes, diversas salas para la investigación de materiales, tiendas, guardarropas y área de proyecciones. En cuanto a la sostenibilidad del edificio, el nuevo proyecto mejora los aislamientos, elimina los muros-cortina de las fachadas, añade ventilaciones cruzadas, aumenta la inercia térmica del mismo inmueble y favorece la integración de fuentes de energía alternativas como las calderas de biomasa. Tantos milenios de historia bien lo merecen.