Cultura

Litoral cubierto de versos

La Imprenta Sur, restaurada en 2005

La Imprenta Sur, restaurada en 2005

El poder cautivador del mar, el hipnótico azul intenso, su inmensidad, el rugido o la calma, el miedo o la paz que despierta han sido elementos generadores de las más bellas manifestaciones artísticas. Igual que Juan Ramón Jiménez se quedó prendado del océano en su travesía a Nueva York y lo relató en Diario de un poeta recién casado -libro innovador que serviría de base para los poetas más jóvenes y del que se cumplen cien años- la Generación del 27 tuvo entorno a Málaga y su costa su razón de ser. Con los malagueños Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y José María Hinojosa al frente, la revista Litoral y su colección de suplementos fue clave para la difusión de la obra de estos poetas. También inspiraron versos las bondades de un territorio apodado paraíso por Vicente Aleixandre, el lugar de veraneo para un Lorca adolescente, de acogida para Jorge Guillén tras el exilio y de posibilidades para Luis Cernuda. Este 2017 se celebra el 90 aniversario de aquel acto de reivindicación de Góngora en el Ateneo de Sevilla que puso fecha al grupo poético y su lugar de estudio y difusión, el malagueño Centro Cultural Generación del 27, lo festeja.

"Málaga jugó un papel muy importante para la Generación del 27", explica José Antonio Mesa Toré, director del centro dependiente de la Diputación Provincial. Y no sólo por los nacidos aquí, como subraya, sino también "porque muchos otros tuvieron una gran vinculación con Málaga, como Vicente Aleixandre que pasó su infancia en la ciudad, algo que evocaría en 1944 en Sombra del Paraíso, libro en el que habla del mar y recuerda esa niñez en tierras malagueñas que asocia con el paraíso", agrega Mesa Toré. El Hotel Hernán Cortés, en La Caleta, fue punto de encuentro durante los meses más calurosos de la familia García Lorca, que también tuvo relación con Nerja. José Bergamín tenía raíces malagueñas y Luis Cernuda barajó quedarse en la ciudad a trabajar. A eso se une, como explica el director del centro la trascendencia de la Imprenta Sur. "En la revista Litoral -cuyo primer número salió a finales de 2016- publicaron pintores y escritores del 27 y, además, crearon una colección de libros titulada Suplementos de Litoral en la que se editaron los primeros trabajos de algunos de los autores. Canciones, de Federico García Lorca, Perfil del aire, de Luis Cernuda, La Amante de Rafael Alberti, Caracteres de José Bergamín y Vuelta de Vicente Aleixandre fueron algunos ejemplos. Fernando Villalón, los propios Altolaguirre, Prados e Hinojosa, la poeta Josefina de la Torre fueron también nombres destacados entre las páginas de la revista poética más significativa del momento.

"Cuando muere su madre, Cernuda decide dejar Sevilla y viene a conocer la Imprenta Sur, está tentado de establecerse aquí, pero al final la vida le lleva por otro camino", comenta José Antonio Mesa Toré, que explica que un número triple de la revista Litoral, el 5, 6 y 7, se dedicó al homenaje a Luis de Góngora. Era ya 1927. "En ese tiempo venían por la imprenta muchos poetas que no eran de aquí y querían conocerla", agrega. Este punto de encuentro le sirvió también al grupo como elemento de cohesión, por lo que su relevancia fue clara tanto en la conformación de la generación poética como en su difusión. Por eso tenía mucho sentido que en los años 80 personalidades de la cultura como Rafael Ballesteros y Rafael Pérez Estrada reivindicaran la creación del Centro Cultural de la Generación del 27.

Se dio, casi al mismo tiempo y en el mismo lugar, un grupo ingente de jóvenes que crean, con afinidades entre ellos, con gustos y particularidades literarias próximas y eso fue estrechando los lazos de trabajo y, a la vez, de amistad. "Cuando cristaliza su obra y su estética, cuando pasan los años son los críticos los que los etiquetan", sostiene el director del centro cultural. Pero en este caso, asegura Mesa Toré, "ellos mismos crearon la marca de la Generación del 27 y supieron sacarle rendimiento a esa historia, no es fruto de una casualidad". Para el especialista, "hay muy buenos teóricos entre ellos -empezando por una eminencia como Dámaso Alonso- y saben vender muy bien el hecho generacional de un literatura nueva".

En la historia de la literatura española se le nombra como La edad de plata. "No es común que en un periodo no demasiado largo coincidan tantos talentos al mismo tiempo, tenía a Juan Ramón Jiménez y a Antonio Machado como maestros, el nivel es de muchísima calidad", dice Mesa Toré y señala que también se le conoce como la generación de las revistas de literatura y de cultura. "Se crearon otras revistas en torno a la Generación del 27 y no sólo en los focos habituales de siempre, sino en muchas ciudades distintas", añade.

Aunque fueron múltiples nombres, los que destacaron posteriormente en las principales antologías conforman una decena. Gerardo Diego, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirrre y Emilio Prados. Otros, quedaron un poco ensombrecidos como José María Hinojosa, Fernando Villalón, Rafael Porlán, Juan Rejano, Juan José Domenchina, Pedro Garfias, José Bergamín, por citar a algunos. Y ellas, que sufrieron aún más el olvido histórico, también creaban. Concha Méndez, Ernestina de Champourcin y Josefina de la Torre fueron algunas de las poetas más destacadas. María Teresa León fue una prosista excelente y "una autora que habría que reivindicar", estima el director del centro cultural.

"El tiempo va haciendo una criba y los que quedan en la memoria son la punta del iceberg, hay muchos más detrás", subraya Mesa Toré y afirma que la misión del centro "es rescatar la obra y la memoria de autores que por una u otra razón se han ido quedando en el olvido, esto se cumplió con estos nombres masculinos en los primeros años y en la última década se trata de recuperar el trabajo de las escritoras del 27".

Este momento de efervescencia intelectual y creativa es efecto inmediato de la Institución Libre de Enseñanza, como explica Mesa Toré, "que nació como respuesta a una educación dirigida por la Iglesia, se crea una universidad libre y se incluyen nuevas prácticas pedagógicas". También de las instituciones que nacen como la Residencia de Estudiantes y la Residencia de Señoritas, que significan un impulso de la cultura española, no solo la literatura, sino también otras artes. Pintores, músicos, cineastas, humoristas... intentan regenerar las formas del arte como se concebían anteriormente. "La Generación del 27 supuso un cambio, una apertura hacia la modernización del país en todos los aspectos", destaca el experto.

Y todo surgió en 1927 cuando quisieron poner en valor la figura de Góngora en el tercer centenario de su muerte. Habría programado diversas actividades, según explica Mesa Toré. Unas progresaron y otras se quedaron en el tintero. El 16 y 17 de diciembre un nutrido grupo se reunió en el Ateneo de Sevilla, evento que ha quedado enmarcado para la historia. "Góngora había sido un escritor absolutamente en la sombra durante siglos, arrinconado por su retórica incomprensible, pero para ellos supone un lenguaje poético deslumbrante", dice el director del centro. Y añade que a partir de ese momento, no son pocos los que empiezan a escribir poemas influidos por las maneras de Góngora.

"Aprovechan el centenario para hacer causa común y enarbolar su trabajo, pero llegan los años 30, los problemas políticos y sociales y cambian la estética a otra más humanizada y desnuda", desgrana el especialista. "Dejan esa estética de lenguaje brillante, metáfora continua, juegos verbales y exuberantes, dejan a Góngora porque las circunstancias les llevaron a escribir de otra manera", agrega. La amistad y su amor por el verso, por la cultura, los cohesionó. Luego la guerra, la muerte o el exilio los separó. Sin embargo, su impronta dejó huellas de plata que aún hoy son visibles. Noventa años después. Esas risas camino de la playa parecen seguir resonando.

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