Los cantaores, bailaores y guitarristas que pueblan la antología del cante jondo que ha hilado el periodista Miguel Mora son la "selección nacional del flamenco", los creadores y exportadores "del mejor producto que se ha hecho en España" aunque siguen siendo esos que "siempre han tenido la nevera vacía". Mora presentó ayer acompañado por varios de esos "astros", La voz de los flamencos" (Siruela), 440 páginas repletas de humor, "cariño y respeto", en palabras de la cantaora Carmen Linares, en las que se incluyen entrevistas, diccionarios realizados por los "académicos" Enrique Morente, Eva Yerbabuena y Gerardo Núñez, más de 100 fotografías, muchas de ellas de René Robert, y un disco que resume el toque y el cante entre 1909 y 2008.

En los "mil escondrijos" que albergan los 35 palos en los que se reparte el flamenco se aprecia que es el "arte pobre por antonomasia", una "especie de religión" en la que "sólo hay un pecado: salirse de compás", afirmó Mora, durante diez años coordinador en El País de la información sobre el flamenco y en la actualidad corresponsal en Roma para ese diario.

"Esta selección nacional del flamenco, formada por grandes profesionales y currantes, que entrenan más que Nadal, crea, elabora y exporta el mejor producto que se ha hecho nunca en España, y aunque estén al alcance de la mano no les persiguen hordas de periodistas", lamentó el autor.

El periodista ha pedido a las instituciones españolas "que tengan sentido de Estado" y compren algunos ejemplares para regalárselos al presidente italiano, Silvio Berlusconi, o al francés, Nicolas Sarkozy, "y aprendan así de verdad lo que son los gitanos", en alusión a su política de inmigración.

El flamenco, dice, no es "ni un gueto, ni de Marte ni hermético, sino divertido y gracioso, y no se para de aprender nunca", por eso son los propios artistas, "triunfadores en los seis continentes", los que "han escrito" el 80% del libro, que es, según la presentadora del acto, Estrella de Diego, "una novela de ritmo fragmentario y deslumbrante".