Cultura

Muere el artista Antoni Tàpies

  • El pintor, uno de los referentes de la creación del siglo XX, fallece a los 88 años en su domicilio barcelonés.

El pintor catalán Antoni Tàpies, uno de los referentes de la pintura del siglo XX y en concreto del arte abstracto de posguerra, falleció este lunes a los 88 años, confirmaron a Efe fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, que le concedió la medalla de oro de la ciudad en 1992. Tàpies (Barcelona, 1923) nació en el seno de una familia burguesa, culta y catalanista, involucrada desde mediados del siglo XIX en una tradición editorial y librera, que quedó inoculada también en el artista. Pero Tàpies se dedicó con mayor intensidad al dibujo y la pintura, y acabó dejando sus estudios de Derecho para dedicarse plenamente a su pasión.

En 1950 obtuvo una beca para estudiar en París donde hizo su primera exposición individual (1956). Ese mismo año obtuvo el Premio de la República de Colombia en la Bienal de Hispanoamérica de Barcelona, y fue presentado por Dalí en Estocolmo, donde Tàpies expuso junto a Tharrats. Partícipe de una sensibilidad generalizada que afectó a los artistas de ambos lados del Atlántico, a raíz de la II Guerra Mundial y del lanzamiento de la bomba atómica, Tàpies expresó muy pronto su interés por la materia, la tierra, el polvo, los átomos y las partículas, que se plasmó formalmente en el uso de materiales ajenos al academicismo y en la experimentación de nuevas técnicas. Las pinturas matéricas han formado una parte sustancial de la obra de Tàpies y han constituido un proyecto en evolución hasta su muerte. En la visión de Tàpies, la noción de materia debía entenderse también desde la perspectiva del misticismo medieval como magia, mimesis y alquimia y en ese sentido se entendía su deseo de que sus obras adquirieran el poder de transformar nuestro interior.

La obra de Tàpies ha sido siempre permeable a los acontecimientos políticos y sociales del momento y a finales de los años 60 y principios de los 70 su compromiso político contra la dictadura se intensificó, con obras de un marcado carácter de denuncia y protesta. A principios de los 80, el interés de Tàpies por la tela como soporte adquirió una fuerza renovada y durante esos años realizó obras con gomaespuma o con la técnica del aerosol, utilizó barnices y creó objetos y esculturas de tierra chamoteada o de bronce, al tiempo que se mantuvo muy activo en el campo de la obra gráfica.

Al margen de exposiciones en los principales museos de arte contemporáneo, en España, los museos Reina Sofía de Madrid, Guggenheim de Bilbao y el MACBA han celebrado antológicas y retrospectivas. Las obras de los últimos años constituyeron esencialmente una reflexión sobre el dolor -físico y espiritual-, entendido como parte integrante de la vida. Influido por el pensamiento budista, Tàpies consideraba que un mayor conocimiento del dolor permitía dulcificar sus efectos, y de este modo, mejorar la calidad de vida.

Paralelamente a la producción pictórica y objetual, Tàpies desarrolló desde 1947 una intensa actividad en el campo de la obra gráfica, con gran número de carpetas y libros de bibliófilo en estrecha colaboración con poetas y escritores como Alberti, Gimferrer, Valente o Zambrano, entre muchos otros.

El artista, que fue galardonado en 2003 con el Premio Velázquez, deja como legado a la ciudad que le vio nacer la fundación que lleva su nombre, que alberga un conjunto de 2.300 pinturas y esculturas y 3.100 dibujos, grabados y litografías de sus fondos personales. En 2010, el Rey don Juan Carlos le concedió el título nobiliario de marqués de Tàpies por su "gran contribución a las artes plásticas de España y del mundo".

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