Cultura

El Museo Picasso revela la estética biológica y animista de Frantisek Kupka

  • El Palacio de Buenavista presenta en su nueva muestra temporal hasta el 25 de abril 91 obras procedentes del Centro Georges Pompidou que conforman la primera antológica dedicada en España al artista checo

¿Quién es Frantisek Kupka? Resulta cuanto menos paradójico el desconocimiento general y la poca atención bibliográfica que tradicionalmente se ha prestado desde España y buena parte de Europa a este artista cuando su obra se expone en los más grandes y notables museos del mundo, desde el MoMA de Nueva York hasta el Centro Georges Pompidou de París. Ahora, a modo introductorio, el Museo Picasso Málaga acoge en sus paredes del Palacio de Buenavista, y en el marco de su nueva exposición temporal, la primera muestra antológica del artista checo en España: Frantisek Kupka. Obras de la Colección del Centre Pompidou presenta hasta el 25 de abril 91 obras (42 óleos, 21 dibujos y 28 obras gráficas) procedentes del mismo centro parisino que dan cuenta de una de las personalidades artísticas más inquietas, libres y asombrosas del pasado siglo, sólo comparable en cuanto a asimilación de registros y ambición estética al mismo Picasso, con quien coincidió en París en el tiempo aunque no en el espacio ni en la complicidad.

Kupka nació en Bohemia en 1871 y, tras un periplo vital que le llevó a Praga y Viena (donde se interesó por primera vez por el simbolismo), desembocó en 1896 en París, donde permanecería hasta su muerte en 1957. En estos años, el creador se asomó a los más diversos estilos, desde el figurativo a la abstracción geométrica, orgánica, biológica y pura, con una naturalidad pasmosa. Tal y como explicó ayer la comisaria de la exposición, Brigitte Léal, la muestra del Museo Picasso "desarrolla todos los matices de Kupka, todos sus periodos, desde sus retratos de personajes urbanos parisinos hasta todos los matices de la abstracción". No es fácil: como Picasso, el checo pintó a las prostitutas y los más dudosos representantes del lumpen parisino de finales del XIX, pero quiso ir más allá. Kupka combinó para su arte conocimientos de matemáticas, biología y hasta espiritismo para asomarse a lo que acontece dentro de lo evidente. Así, entre lo científico, lo animista y lo místico, parió obras decisivas como La gama amarilla y recorridos psico-abstractos que lo vincularon con Mondrian y Kandinsky, aunque el checo vendió cara su independencia.

El director artístico del Picasso, José Lebrero, lo explicó en la presentación con claridad: "Pocas veces se ha dado en la historia un caso tal de voluntad individual de construir espacios de libertad artística más allá de movimientos y manifiestos". Surrealistas y gurús de las más diversas experiencias plásticas quisieron casarse con Kupka, pero en realidad cada uno de sus cuadros es una tentativa de lo nuevo: "Todavía en sus últimas obras puede comprobarse una investigación", apuntó Lebrero. Conferencias, un cabaret literario, visitas guiadas y un interesantísimo espacio educativo que da cuenta de las obsesiones de Kupka (no se pierdan los discos de Newton) completan este mapa de un artista genial.

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