Cultura

La National Gallery destapa en una muestra las obsesiones de Degas

  • La exposición se divide en tres salas dedicadas a la vida moderna, bailarinas y los mundos privados

'Combing the Hair', una de las obras de forman parte de la exposición de la National Gallery.

'Combing the Hair', una de las obras de forman parte de la exposición de la National Gallery. / efe

La fascinación del pintor francés Edgar Degas (1834-1917) por el universo íntimo de la mujer, por los caballos o las bailarinas y por el empleo del pastel queda reflejada en una exposición que la National Gallery de Londres inaugurará mañana. Drawn In Colour, Degas from the Burrell permitirá al espectador contemplar hasta el próximo 7 de mayo una selección de obras del artista parisino, raramente expuestas al público, cedidas por la Colección Burrell, en Glasgow, del magnate William Burrell (1861-1958), una de las mayores del mundo. La muestra coincide, además, con la celebración del centenario del fallecimiento del pintor, el próximo 27 de septiembre.

En la presentación a los medios, el comisario, Julien Domercq, subrayó que Degas, considerado uno de los fundadores del Impresionismo, era, fundamentalmente, "un artista innovador, que continuamente estaba planteándose nuevos desafíos y que usaba todas las técnicas con las que experimentaba hasta el límite". "Degas no dejó de experimentar con su trabajo y llevó al extremo la pintura, el dibujo, y la escultura", añadió el experto, quien también incidió en el marcado gusto del parisino por el empleo del pastel, cuyos efectos le "fascinaban".

La exposición, distribuida en tres salas, dedicadas a la "vida moderna", "bailarinas" y los "mundos privados", incluye pinturas realizadas con la citada técnica del pastel, un estilo en el que el pintor desarrolló un acusado interés durante sus últimos años cuando, además, comenzó a perder la vista.

Una de las obras más reconocidas de Degas, Woman Looking Through Field Glasess (1869), inaugura la primera sección, mostrando a una joven vestida a la moda, que mira fijamente al espectador a través de unos prismáticos. "Se trata de una obra icónica, y pese a su pequeño tamaño, es magnífica en su importancia", dijo Domercq, que califica ese trabajo de "monumental". Para el experto, el espectador "no puede evitar sentirse desconcertado por la mirada de la mujer retratada: ¿Qué es lo que está mirando?".

Otra de las salas se vuelca en el universo "privado" de las mujeres, con cuadros que retratan a jóvenes en actos íntimos, bañándose o peinándose, aparentemente sin ser conscientes de ser observadas, explicó el comisario.

Precisamente, esos asuntos atraían particularmente la atención del artista parisino desde mediados del siglo XIX y hasta el final de su carrera.

Ese interés por "espiar" esos momentos privados de la mujer se ve claramente reflejado en otras como Combing the Hair (1896), en el que una chica cepilla la larga melena pelirroja de otra o After The Bath (1890), en el que una sirvienta espera con una toalla para secar a su señora.

Además, durante esta etapa, Degas comenzaba a perder la vista un hecho al que los expertos atribuyen que el pintor escudriñara más de cerca a las modelos a las que retrataba.

Cuando queda apenas una semana para la celebración del centenario del fallecimiento del pintor, el 27 de septiembre, la exposición constituye un tributo al artista, a quien su urgencia por comenzar nuevos proyectos le llevaba, a menudo, a dejar obras que tenía entre manos inacabadas.

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