Cultura

Nostalgia del Jurásico

Acción geriátrica, EEUU, 2010, 95 min. Dirección y guión: Sylvester Stallone. Fotografía: Ken Blackwell. Música: Brian Tyler. Intérpretes: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Mickey Rourke, Gisele Itié, Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Eric Roberts, Dolph Lundgren. Cines: Larios, Vialia, Málaga Nostrum, Rosaleda, Plaza Mayor, Rincón de la Victoria, Alfil, Plaza del Mar, La Verónica, La Cañada, Gran Marbella, El Ingenio.

En una época en la que el héroe se ha vuelto ligero, evanescente y virtual (Matrix, Jumper, Origen), al bueno de Sylvester Stallone no le queda otra que resucitar el músculo atrofiado de sus viejos monstruos para sobrevivir en el negocio. Se entiende así que, a contracorriente de los vientos favorables de los ochenta, aunque con una misma carga reaccionaria, violenta y machista, sólo quede ya la opción de recuperar a Rocky y a Rambo o reunir a estos mercenarios all-star como estrategia para pagar las facturas y mantener el tren de vida (quirúrgica) con mucha nostalgia por los viejos tiempos y un remanente de oficio artesanal que palidece ante el frenesí pirotécnico y las audacias digitales de la nueva generación de películas de acción.

Stallone convoca aquí a varios miembros de su misma generación, también a otros más jóvenes pero de la misma condición muscular, en un multicultural escuadrón de élite que, como hubiera ocurrido en un filme de hace treinta años, arrasa con todo lo que se ponga por delante para liberar a una república bananera (y de paso, a la chica) de su tirano de turno.

Si las escenas de acción son todo un festín de explosiones, degüellos, patadas, puñetazos y salpicaduras de sangre en primer plano, Stallone no puede contener la tentación de organizar escenas de cámara con sus colegas achacosos y escribirles chistes malos y diálogos sentenciosos en los que se cita incluso al mismísimo William Shakespeare.

No voy a ser yo quien les anime a ver este engendro, tan anabolizado y recompuesto como la cara de una de esas viejas transexuales de barrio a las que timaron con silicona de todo a cien.

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