Cuarenta años después de su primer álbum, A cántaros, y con un nuevo trabajo entre las manos, Luz de tierra, el cantautor Pablo Guerrero sigue siendo "un cazador de sueños", un poeta al que la Academia de la Música acaba de premiar por su búsqueda constante de "una difícil sencillez".

Será el próximo 12 de marzo cuando el músico extremeño, aunque afincado en Madrid, acuda a Badajoz para recoger el Premio A Toda Una Vida en el marco de la XIII Edición de los Premios de la Música, un reconocimiento que, según explicó ayer, le llena de alegría.

"Siempre he buscado hacer discos despojados", apunta el cantante, quien a lo largo de cuatro décadas ha rubricado una carrera coherente marcada por temas como A cántaros, un grito a la libertad para una generación de jóvenes utópicos a los que les tocó vivir los últimos años de la dictadura franquista. "Tú y yo muchacha estamos hechos de nubes, pero ¿quién nos ata?", rezaba esa canción que, a pesar de los años transcurridos, todavía define bien la personalidad de un hombre, afable y tranquilo, que se define utilizando palabras del también cantautor Hilario Camacho: "Soy un cazador de sueños".

Desde entonces, los tiempos han cambiado y, por tanto, también las reivindicaciones. "Me gustaría que hubiera un cambio en la psicología de la gente, que las relaciones entre unos y otros fueran más espontáneas y más humanas", apunta el músico, quien desearía también que la gente dejara de asimilar "prisas con eficacia". Con serenidad, siguiendo su propio "bioritmo", Guerrero ha culminado ahora Luz de tierra, un proyecto que llevaba muchos años en su cabeza y en el que pone música a quince poetas de Extremadura, donde "se escribe poesía y poesía de la buena".

Ponerse en contacto con escritores como Santos Domínguez, Serafín Portillo o Ada Salas y escuchar su "sí" fue el primer paso antes de "empaparse" de su mundo y de su obra hasta "ver surgir una melodía en la cabeza", describe Guerrero. Además, Olga Román, Javier Bergia, Jabier Muguruza y Marina Rosell son algunos de los músicos y "amigos" -puntualiza- que colaboran en este trabajo, donde también se puede escuchar la voz del cantautor Ismael Serrano, quien en 2007 impulsó el disco homenaje Hecho de nubes y a quien une un sentimiento de "admiración mutua". "No me creo mucho eso de que he sido una inspiración para ellos", explica Guerrero al referirse a compañeros como Pedro Guerra, Javier Álvarez y Quique González, algunos de los músicos que formaban parte de este disco junto a otros nombres consagrados con Joan Manuel Serrat o Luis Eduardo Aute. Pero, a pesar de esta humildad manifiesta, Guerrero sí reconoce "el cariño" que encierran este tipo de homenajes que, por otra parte, demuestran la cantidad de "talento" que se puede llegar a reunir en un solo disco.

"Lo que está en crisis es la industria, no la creatividad de la gente", reflexiona, justo antes de dar un consejo a las nuevas generaciones de músicos: "Que perseveren, porque lo bueno se abre camino tarde o temprano".

Entre sus planes inmediatos se encuentra la publicación de un libro de poemas Los cielos tan solos, que se unirá así a títulos como Viviendo siglos o Escrito en una piedra, publicados anteriormente y conformadores de una singular trayectoria literaria. Pero antes, volverá a subirse al escenario para disfrutar del "regalo" que más aprecia: cantar en directo sus viejos temas así como los nuevos de Luz de tierra. Será el 5 de marzo en Hospitalet (Barcelona) y el 20 de marzo en Madrid.