música Apuntes para el próximo curso sinfónico

Programación de autor para la OFM

  • El sello de Edmon Colomer se deja percibir con aún más notoriedad en la temporada 2011/2012 de la Orquesta Filarmónica, con un discurso integrador y transversal

Recién concluida la temporada de abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), ya se conoce la programación para el año próximo, diseñada íntegramente por el director titular de la orquesta, Edmon Colomer. Y eso, precisamente, es lo primero que salta a la vista: se trata de un proyecto de autor, que conjuga las obras del repertorio clásico y las preferencias subjetivas, dando forma a un canon muy personal.

Siguiendo el esquema de esta temporada, se ha optado en la planificación para el próximo curso por que cada uno de los quince programas que la componen tenga un sentido propio, cuyas claves de interpretación aparecen sugeridas -cuando no explicitadas- en títulos como Espejos literarios (I y II), Sonidos del agua o Variaciones (I y II). Aparentemente, se ha renunciado a una ilación temática conjunta y episódica, al menos desde criterios que podríamos denominar académicos (temporales, geográficos o escolásticos). En el trasfondo, sin embargo, late una concepción de la música que incide en su transversalidad; una intención de mostrar la ubicua presencia del componente musical en toda experiencia humana, desde la cultura, a través la literatura, la recreación de la música misma en las variaciones o la construcción de la identidad, hasta las experiencias sensoriales y el movimiento del cuerpo en la danza.

Un heterogéneo plantel de compositores -que van desde Tomás Luis de Victoria (a quien se dedica el tradicional concierto de Semana Santa, en el cuadringentésimo aniversario de su muerte), hasta Anton Webern, pasando por Chaikovski- y una gran variedad de formas compositivas configuran este proyecto que rezuma imaginación y eclecticismo. Las sinfonías quedan reducidas a seis -aunque muy bien elegidas- y son ocho los conciertos para solista y orquesta. Se recupera la obertura en muchos programas y afloran las danzas -las húngaras de Brahms o las sinfónicas de Rachmaninov-, las variaciones (con interpretación en el mismo concierto del tema original), los poemas sinfónicos (Strauss, Respighi) y otros formatos que alcanzan hasta la ópera en un solo acto de Arnold Schoenberg, Erwartung.

No falta un guiño a la parroquia local. Colomer -que es, además, un reconocido intérprete de la música española- ha querido recuperar la presencia de España como tema en la música y "recordar que el alma de Andalucía ha ejercido siempre un poder de seducción singular sobre los artistas", al incluir en la programación obras de Rimski-Korsakov, Gustav Holst, Edouard Lalo, Claude Debussy, Emmanuel Chabrier o Albéniz sobre temas españoles o específicamente andaluces, que culminan con Málaga ciudad del paraíso, último concierto de la temporada.

Como en años anteriores, la OFM recibirá a un buen número de directores y solistas invitados de renombre internacional. Asimismo, contará con la habitual participación de formaciones corales de la ciudad en los conciertos de apertura, Navidad y Semana Santa.

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