Cultura

Punto y final

  • Leonardo Hernández y El Cartagenero se llevaron ayer una oreja de La Malagueta, pero Joâo Moura, que se fue de vacío, cuajó una actuación superior · Los toros volvieron a desmerecer con creces

Joâo Moura hijo, fue el único de los tres caballeros que no cortó oreja y sin embargo su actuación estuvo por encima de las de sus compañeros de cartel. Se desentendió del caballo y se paró pronto el toro que abría plaza, obligando al joven lusitano a llegarse mucho para provocar la reunión. Con un solo rejón de castigo, se cambió el tercio. Jinete en un tordo en fase blanca, salió de las tablas para clavar al estribo, lance que repitió clavando con limpieza y adornándose con una pirueta. Con el toro completamente cerrado, dejó una banderilla al sesgo y se adornó con una pirueta en terrenos de toriles. El toro tenía una embestida mortecina y Moura lo hizo todo. Jinete en Castella, dejó las banderillas cortas al violín, tras de lo cual, el toro se echó y tuvieron que apuntillarlo. Montó de salida, frente al cuarto, a Gato das Bolaras, con el que dejó un rejón de castigo llegándoles mucho para, acto seguido, torearle con la bandera por el pitón derecho y conseguir, consintiéndole mucho, que galopara detrás del caballo. Galopó después de costado a la izquierda, llevándose al toro al estribo al hilo de las tablas, para clavar luego con espectacularidad y con limpieza. Se adornó en el carrusel de las cortas y demostró su dominio de las monturas y su conocimiento de los terrenos.

El juego del segundo toro de la tarde, tuvo las mismas características que las exhibidas por su hermano. Marró Leonardo Hernández en el primer intento con el rejón de castigo y después de clavar, intentó un segundo aunque, porque era lógico, desistió. Blandeó el toro y el jinete se adornó galopando de costado para clavar después haciendo bien la suerte. El toro, muy parado, reaccionaba ¡menos mal! llegándole mucho y Leonardo clavó banderillas largas de forma espectacular. Jinete en Charope dejó tres palos cortos en la suerte del violín y después para matar, suerte en cuya ejecución se precipitó, utilizó al bayo Rubí. El en primer rejón de castigo al Guardiola que salió en quinto lugar, midió mal los terrenos y el caballo salió trompicado. Luego, con el toro emplazado en los medios, clavó el siguiente con limpieza. Jinete en un caballo castaño, llegó mucho al toro sevillano y lo toreó con la grupa para clavar, acto seguido, entrando de largo. La res llevaba la cara alta. Cambió de montura e intentó el quiebro sobre un tordo sin que el toro respondiera. Logró cuajar la suerte en el segundo intento pero la banderilla quedó muy baja y en los sucesivos, marró o resultó trompicado. Sobre Charope interpretó el carrusel de las banderillas cortas y, en líneas generales, cabe decir que expuso muy decidido, pero que clavó sin limpieza.

Buscó las tablas el tercero desentendiéndose de las cabalgaduras. En el segundo tercio el caballo Manolete, castaño, careto cordón corrido y calzado de las cuatro patas, resultó herido en un quiebro ejecutando sin limpieza. El Cartagenero lo intentó de nuevo y la suerte resultó deslucida. Sobre Malibú, de capa apaloosa, intentó clavar banderillas frente a una res que esperó mucho y que se desentendió del caballo, como casi todo el encierro. Un violín mas espectacular que otra cosa y dos rosas sin preparar las suertes y entre continuos caballazos. Intentó El Cartagenero recibir al sexto Guardiola, jinete sobre una jaca colina de capa torda, a portagayola, pero el intento resultó frustrado. Toro flaco, como su hermano de hierro, que no obstante dio buen juego luciendo, sobre todo, en medio de un conjunto muy descastado en líneas generales. Un rejón de castigo a la grupa y una banderilla larga a lomos de un tordo, entrando de largo y haciendo la suerte de forma extraña. Cambió de montura y después de muchos espavientos, dejó otras dos farpas, al violín, sin estrechuras. Pasada va y pasada viene, intentó banderillear a dos manos para dejar primero, un par en el suelo y en el segundo intento, prender los hierros por fin. El toro de noble condición, merecía un mejor tratamiento que el recibido en su lidia.

Terminó, por fin, la Feria y hasta el último día en la corrida de rejones hubo baile y remiendo en los corrales.

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