Cultura

Rafael Azcona, aquí un amigo

  • David Trueba, Luis Alegre, José Luis García Sánchez, Ángel Sánchez-Harguindey, Bernardo Sánchez Salas y Juan Cruz, que moderaba, participaron ayer en una mesa redonda para recordar al gran guionista

David Trueba, José Luis García Sánchez, Luis Alegre, Bernardo Sánchez Salas, Ángel Sánchez-Harguindey y Juan Cruz recordaron ayer a Rafael Azcona (1926-2008), el gran guionista del cine español cuya reciente muerte ha desatado la lengua de cuantos le conocieron bien. Anécdotas y más anécdotas es lo que compartieron los amigos del guionista de El pisito (Marco Ferreri, 1959). "¿Tú eres el que quiere ser guionista? Tú eres imbécil, no lo hagas", le soltó Azcona a David Trueba la primera vez que se encontraron, en 1985. "Con el tiempo me di cuenta de que tenía razón", reconoció el menor de los Trueba.

La entidad de Azcona como personaje de dimensiones legendarias de nuestro cine queda patente al escuchar a Juan Cruz: "Cuando le conocí llamé a los amigos para decirles que estaba con él". Con los años, el periodista llegaría a intimar con el escritor, hasta el punto de memorizar el teléfono de su casa.

Luis Alegre conoció a Azcona en el aeropuerto de Barajas, camino de Berlín para presentar Belle Epoque. "Fue un encuentro estupendo". De ahí, surgió una amistad cimentada en el respeto que ambos sentían por Julio Alejandro, guionista de Buñuel y amigo de Alegre: "Tienes que presentármelo, Luis", le pidió un sencillo Azcona.

"Aprendí mucho de él, sobre todo el placer de vivir", destacó el periodista Ángel Sánchez-Harguindey. "Disfrutaba de los pequeños placeres de la vida. Con él siempre descubrías cosas. Era un gran observador de la vida", añadió. Sánchez-Harguindey también quiso recordar la condición de "enorme lector" del guionista, a quien Mingote le prestaba libros de su biblioteca familiar: "Su auténtica vocación fue la de escritor". En lo que estaba de acuerdo Cruz y Sánchez-Harguindey, en realidad todos los sentados a la mesa, es en la condición vitalista de Azcona: "Siempre estaba contando alegrías", indicó Cruz.

"Me cambió la vida", admitió Bernardo Sánchez Salas, quien tantas horas pasó entrevistándole. "Era un hombre del común. Era de un hombre de bonobús. Él decía que el cine italiano perdió los guionistas cuando estos dejaron de montar en autobús", recalcó Sánchez Salas.

Más visceral fue José Luis García Sánchez, quien llevó a la gran pantalla guiones de Azcona como Tirano Banderas, Suspiros de España y Portugal o Tranvía a la Malvarrosa. "La única putada que me ha hecho ha sido morirse". Sobre su resurgir público, García Sánchez culpó a Juan Cruz: "Él no tenía vida pública, Juan Cruz le corrompió, como se corrompe a todo el mundo, con dinero". El director de La corte del Faraón afirmó haberle dado a Azcona el pésame, al dejarle un mensaje en el contestador: "Que lamento que te hayas muerto, eres un mamón". La primera vez que vio una película de Azcona, en concreto El pisito, "cambió mi visión del cine", dijo García Sánchez.

De todo el anecdotario que se paseó por la mesa, una frase con la que dirimió una discusión sobre cuál era el mejor animal de compañía, si el perro o el gato -él era hombre de gatos-, sirve para dar cuenta de su personalidad y su facilidad en la conversación: "¿Cuántos gatos policías conocéis?". Así era Rafael Azcona, un observador modesto, crítico y certero.

"Si nos escuchara nos corría a hostias", terminó David Trueba, que conocía bien al de Logroño.

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