Cultura

'Resistiré', el grito del cine español en una gala llena de música y humor

  • Actores y directores muestran su rechazo a la aplicación del 21% de IVA al sector

El cine español gritó alto y claro en la gala de los Goya qué se quiere, que pese a las dificultades, la crisis y el IVA ha tenido un año de lujo, y hasta se ha permitido tutear al ministro "Nacho-Wert", a través del presentador, un Dani Rovira, cómico y genial, que dio un espectáculo. La gala desde el principio emocionó y puso a todo el auditorio en pie con un número musical en el que el cine español, orgulloso, sacó pecho y puso el espejo retrovisor, mientras se pasaban las imágenes de más de cien películas de ayer y de hoy, en blanco y negro y en color.

Los rostros de Rocío Durcal, Marisol, Lola Flores o Raphael proyectados en una pantalla han dado paso en el escenario a una despampanante y atemporal Ana Belén y Eduardo Noriega, que interpretaron Acompáñame; a Hugo Silva y Fran Perea, que se lanzaron por Raphael con Yo soy aquel. Y finamente Lolita y Miguel Poveda continuaron con un Pena, penita, pena que encadenaron a un Resistiré, la canción emblema del Dúo Dinámico, que interpretó Dani Rovira e hizo subir al escenario a actores de todas las generaciones y a una de las más emocionadas, la veterana Asunción Balaguer.

Un Resistiré que fue el grito de guerra de la profesión puesta en pie y que dio gasolina a Er Rovi (Dani Rovira) que pidió al ministro de Cultura, José Ignacio Wert, de esmoquin y pajarita, que pusiera "buena cara", y al que invitó a disfrutar de la gala, en un año en el que "ha sido el cine español el que ha ayudado a los arcas del Estado y no al revés".

Pero después comenzó "el club de la comedia" de la mano de un Rovira que cambió de registro. Bailó claqué, se puso en calzoncillos, cantó, regaló un Opel Kadet a Penélope Cruz, piropeó a Jesús Castro y Antonio Banderas y se desdobló para recibir él mismo el Goya al mejor actor revelación por Ocho apellidos vascos, el film más taquillero de 2014.

Un premio que selló con beso de tornillo, -el beso de la noche- a su compañera en la película y actual pareja, la actriz Clara Lago. La otra actriz del film, Carmen Machi, también se llevó el Goya, a la mejor actriz de reparto. Y Karra Elejalde también se llevó el Goya al mejor actor de reparto por Ocho apellidos vascos.

Pero antes, Pedro Almodóvar entregó a Antonio Bandera el Goya de Honor. Un Almodóvar que elogió la carrera de Banderas, en la que tanto ha tenido que ver él, y saludó "a todos los amigos del cine y de la cultura", de los que excluyó a Wert. El bueno y guapo actor, cantante y productor malagueño le dedicó el premio entre lágrimas a su hija, Stella del Carmen, por sufrir sus "ausencias".

En la gala, el presidente de la Academia, Enrique González Macho, también insistió al ministro Wert que baje "el maldito IVA", una petición que se ha repetido a lo largo de toda la noche, al igual que las actuaciones musicales, como la de Alex O'Dogherty que bajó un poco el tono, o la conmovedora interpretación de Miguel Poveda cantando Para la libertad.

La figura de Paco de Lucía también estuvo muy presente por ser el protagonista del Goya a la mejor película documental por La búsqueda y por ser uno de los creadores fallecidos en 2014 y hoy recordados como Amparo Baró, Alex Angulo, entre otros muchos.

Y el bingo a la película de la noche se la llevó La isla mínima, de Alberto Rodríguez, el protagonista sin duda de la noche junto con Dani Rovira. El actor había dado instrucciones de forma muy gráfica y divertida sobre la necesidad de no extenderse en los agradecimientos pero tuvo que ver cómo los premiados alargaban la fiesta hasta las dos menos cuarto de la madrugada, más de una hora más sobre lo previsto.

En fin, una gran gala con una alfombra fucsia por la que han pasado casi todos los actores vestidos con esmoquin y las actrices marcando brillo y elegancia de forma desigual, entre las mejores Ana Belén, Goya Toledo, Elena Anaya o Cayetana Guillén.

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