Cultura

"Sólo se puede conocer el amor cuando se ha conocido la indiferencia"

  • El autor de canciones emblemáticas como 'Las cuatro y diez' y 'Al alba' revisa buena parte de su obra en sus dos últimos lanzamientos discográficos, la tercera entrega de los 'Auterretratos' y la caja 'Memorable cuerpo'

A Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) no le gusta el término cantautor, o más bien sus usos acostumbrados. No hay problema: se le puede presentar como músico, cantante, pintor, cineasta, poeta o amateur, su oficio favorito. Por lo demás, poco cabe añadir a estas alturas al referirnos al compositor de canciones como De alguna manera, No te desnudes todavía y Sin tu latido, sin las cuales este país y este tiempo serían otros. Después de su último álbum de canciones nuevas, A día de hoy, Aute ha proseguido su empeño en revisar su propia obra con otros dos lanzamientos discográficos: la tercera entrega de los Auterretratos y la caja Memorable cuerpo, que contiene la serie completa de los anteriores además del disco compuesto y grabado en inglés Invisible (ya descatalogado) y dos conciertos en DVD.

-En los últimos años ha venido combinando discos con temas nuevos y los Auterretratos, para los que ha vuelto a grabar un centenar largo de clásicos. ¿En qué medida, cuando escribe canciones nuevas, necesita echar mano de las anteriores?

-Cuando me vienen canciones nuevas no echo mano de ninguna canción anterior. Simplemente vienen y, automáticamente, se despojan de cualquier rémora anterior. Vienen libres de pecado original aunque sean, ineludiblemente, hijas manchadas por el mismo pecado.

-En la presentación de Memorable cuerpo definió el material como "una biografía no escrita". ¿Escribir una canción constituye siempre un acto autobiográfico, aunque sea para la posteridad?

-En mi caso, me resulta imposible no sentirme vinculado a lo que expreso en una canción. En mayor o menor grado, ese motivo lo he vivido de alguna manera. O soñado. La posteridad no entra en mi imaginario en ningún momento. Poco me importa lo que en el futuro se pueda pensar de mi trabajo. Me importa la preposteridad, es decir, el instante mismo de la escritura.

-¿Le abruma que músicos como José Luis Temes vinculen sin dudarlo sus canciones a la memoria sentimental española?

-Tanto como abrumarme, no. Realmente, no tengo la más mínima conciencia de esa circunstancia. Creo que son frases de cortesía hechas con buenas intenciones pero que no tienen nada que ver con la realidad.

-Muchas de las canciones incluidas en los Auterretratos, como De paso y A por el mar, han ganado contundencia con respecto a los originales, con registros más cercanos al rock. ¿Echaba de menos un sonido más rotundo en sus anteriores obras?

-Por supuesto que echaba de menos esa contundencia en mis discos anteriores. Precisamente por eso los he vuelto a grabar con músicos más contundentes.

-¿Le cuesta mucho dar una canción por acabada?

-Hay canciones que ya vienen maduras y otras que no hay manera de que caigan del árbol. Pero en realidad no doy ninguna canción por acabada. Podría corregirla, incluso reescribirla infinitas veces.

-Memorable cuerpo permite hacerse con un Aute integral, ya que contiene canciones, pinturas y fotografías. ¿Qué se presta mejor a darse por terminado, una canción o un cuadro?

-Ambos lenguajes son indistintos en ese sentido. Empezar pinturas, poemas o canciones, en mi caso, es lo más fácil. Lo jodido es saber cuándo se supone que está terminada la obra. Memorable cuerpo es una parte muy pequeña de mi trabajo, es sólo una muestra, bastante completa, pero muestra al fin y al cabo. Es el famoso botón.

-En una entrevista anterior me decía que muchas galerías de arte se han negado a organizar exposiciones con su obra sólo porque también es cantante. ¿Alguna vez ha vuelto a plantearse, como ya hizo en los 60, dedicarse sólo a una expresión artística para no resultar perjudicado?

-Efectivamente, el hecho de componer canciones y sobre todo de cantar me ha perjudicado mucho. Para los puristas soy un diletante. Pero me importa muy poco. Para mí pintar es vivir y disfrutar del hecho de pintar. Que mi trabajo no vale nada, pues no valió nada; que sí, pues qué bien. Me da igual. Muchos creadores no han estado considerados hasta que se decidieron por una manera de expresarse. Pero, felizmente, eso ya no ocurre hoy. El artista contemporáneo es sobre todo un ser libre, y utiliza cualquier medio para expresarse, aunque todavía no se ha aceptado del todo. Peor para los puristas. Son ellos los que están matando el arte. García Lorca, además de originalísimo poeta, fue compositor de canciones, y ahí están, para la eternidad. Y como dibujante, fue extraordinario. Sus dibujos, desde mi punto de vista, son mucho más imaginativos que sus poemas. García Lorca era un genio entre genios. Sobre todo porque se anticipó algunos siglos a su época. Por eso lo mataron, la envidia que despertaba lo mató.

-¿Se puede escribir sobre el infierno sin haberlo conocido?

-Es evidente que si sólo se vive el paraíso poco habrá que contar, aunque vivir el paraíso sin tregua debe ser peor que el mismísimo infierno. Sólo se puede conocer el amor cuando se ha conocido la indiferencia, el odio y el dolor.

-Usted que trabajó con Mankiewicz, ¿qué clase de cine cree que haría hoy? ¿O quizá, como Penn, Erice y tantos, no haría cine? ¿Es un héroe Manoel de Oliveira?

-¡Uf! vaya pregunta... Por contestarle algo, se me ocurre que Mankiewicz estaría poniendo en escena alguna tragedia de Shakespeare para teatro, Penn probablemente estaría dirigiendo algún episodio de la teleserie Sin rastro y Erice estaría rodando algún anuncio de Nescafé con ínfulas dreyerianas, supongo. En cuanto a Manoel de Oliveira, es más que un héroe, es la mismísima esencia del cine en constante reinvención.

-¿Qué hay de cierto en el rumor que asegura que Paul McCartney compuso Let it be tras escuchar Who will answer, la versión en inglés de su Aleluya nº 1?

-Pues eso, que es un muy placentero rumor por lo que a mí me toca. Me lo contó el director en España de RCA, compañía que grabó y distribuyó por todo el mundo mi Aleluya nº 1, quien a su vez lo escuchó en la sede de la compañía madre en Nueva York. Vaya usted a saber...

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