La aparición de la Joven Compañía en 2012, cuando el sector de las artes escénicas soportaba ya largos años de oscuridad y tedio a cuenta de la crisis y el IVA cultural, demostró que el teatro español únicamente superaría el bache a costa de amor y de ingenio. José Luis Arellano, forjado como ayudante de dirección de Gerardo Vera en el Centro Dramático Nacional, decidió regresar a España después de una temporada en EEUU para poner en marcha su propio proyecto. Pero las circunstancias le convencieron de que la mera constitución de una compañía al uso carecía tanto de sentido como de oportunidad. Su opción resultó altamente quijotesca: si algo le faltaba al teatro español era, al contrario que en otros países europeos, un espacio que pudieran compartir los profesionales de las artes escénicas y los jóvenes actores en periodo de formación, con vistas tanto al intercambio de experiencias como a la misma producción de espectáculos. Dicho y hecho: la Joven Compañía encontró alojamiento en el Teatro Conde Duque de Madrid, donde ofrece un centenar de actuaciones al año, y actualmente cuenta con unos cincuenta intérpretes de entre 18 y 26, dirigidos por algunos de los más destacados creadores del paisaje teatral español. En sólo cinco años han estrenado con éxito montajes como Fuente Ovejuna con la versión de Juan Mayorga (que pudo verse en el Teatro Cánovas de Málaga), El señor de las moscas, La edad de la ira, La isla del tesoro y el monumental Proyecto Homero, con las adaptaciones de la Ilíada y la Odisea firmadas respectivamente por Guillem Clua y Alberto Conejero. Durante este tiempo se han sucedido las giras por todo el país, abundantes candidaturas a los Premios Max y el Premio Ojo Crítico de RNE en 2014. La consideración de que la Joven Compañía es uno de los proyectos más interesantes que ha parido el teatro español en la última década es unánime. Ahora, sus responsables están dispuestos a compartir la inspiración que les mueve en Málaga: será en La Térmica, del 19 al 24 de junio, a través de un taller de interpretación en el que los participantes podrán conocer de primera mano (y reproducir) los procesos creativos de la agrupación.

El mismo José Luis Arellano impartirá todas las sesiones del taller junto al coreógrafo y bailarín Andoni Larrabeiti, ayudante de dirección, preparador físico y coreógrafo de todas las producciones de La Joven Compañía. También Gerardo Vera, director del Centro Dramático Nacional entre 2004 y 2011 (y figura recurrente de los talleres de artes escénicas de La Térmica), mantendrá un encuentro con los participantes el viernes 23 por la tarde. El plan de trabajo presenta jornadas maratonianas dedicadas al movimiento y la interpretación concretadas, a modo de ensayo, en un montaje final que se representará públicamente el sábado 24 a las 20:00 en La Térmica, con entrada libre y gratuita. Tal y como reza la promoción del taller, "durante esta semana trabajaremos con diferentes artistas, entrenaremos, jugaremos y convertiremos nuestros cuerpos en materia creadora. En distintos espacios de La Térmica, propondremos una narración teatral que experimentaremos y desarrollaremos durante el tiempo del taller, para concluirlo en un explosivo final el último día donde comunicaremos al público nuestro trabajo". La oportunidad la pintan calva. Así que será mejor no dejarla pasar.