Cultura

Travis Somerville reflexiona en el CAC sobre la crisis de los refugiados

  • 'Homeland No Security' se expone por primera vez en Europa y reúne nueve piezas de marcada referencia política y social

El artista que no se queda impasible, que denuncia el horror, que retrata lo más feo de la condición humana sin dejar atrás la belleza plástica. Quizás porque su infancia le marcó un camino de activismo, tal vez porque sus padres le inculcaron una especial sensibilidad por el sufrimiento, Travis Somerville (Atlanta, 1963) siempre ha procurado que su obra llame a la reflexión. Y hace lo propio en Homeland No Security, la muestra que se inauguró ayer en el CAC Málaga compuesta por nueve piezas, algunas de su obra más reciente, con el drama migratorio como eje principal.

Encontrar en el Ayuntamiento de Madrid, en un edificio gubernamental una pancarta que daba la bienvenida a los refugiados le chocó profundamente al norteamericano. "Esto nunca hubiera pasado en mi país, todo esto me hizo pensar en las diferentes formar se tratar el problema de los refugiados", dijo ayer Somerville en la presentación de la muestra, que se exhibe por primera vez en Europa. Más aún, viviendo en California, el conflicto fronterizo es un tema pendiente desde hace años, mucho más reforzado ahora con la llegada de Trump. "Mi intención es remover las conciencias desde el arte, porque mucha gente no quiere hablar de inmigración, de refugiados", agregó.

El artista utiliza diferentes formatos y materiales en sus obras, madera, tela y objetos como una máscara de gas, cuerdas, salvavidas o banderas. Con estos elementos y la pintura como eje vertebrador realiza referencias políticas a obras de la Historia del Arte, al Ku Klux Klan y a los refugiados. "Son motivos que van surgiendo a través de toda mi vida, motivos muy comunes del sur de mi país pero que a la vez son universales, todo el mundo los entiende", comenta el artista y explica que su modo de trabajar "es muy orgánico, muy vivo, empiezo por una imagen y van surgiendo otras".

De las obras de la muestra comisariada por Fernando Francés, la única instalación que se exhibe -War Paint (2016)- pasará a formar parte de la colección permanente del centro tras finalizar la exposición el 7 de mayo. La pieza es una balsa creada en madera sobre la que Somerville sitúa la bandera de Estados Unidos entre dos mástiles. De la bandera cuelga un guante que no puede alcanzar el salvavidas y sobre las tablas pinta un indio cherokee y una bandera española junto a la cara del fraile franciscano Junípero Serra, que realizó las misiones evangelizadoras y "colonizó California, por lo que es una imagen controvertida", comentó Somerville.

El racismo, la intolerancia, los muros que se levantan, los vetos que frenan la libertad individual y colectiva y frente a esto, el sentimiento de culpabilidad histórica impregnan las obras que se pueden ver en el CAC Málaga junto a la propuestas de otros dos norteamericanos. "Es la primera vez que coinciden al mismo tiempo tres individuales de autores estadounidenses", comentó Fernando Francés, director del centro. "Vivimos en un mundo lleno de enfermedades generadas por nosotros mismos y los intelectuales y artistas han de denunciar constantemente estos asuntos", consideró Francés.

"El museo no tiene que ser un contenedor de obra, sino un instrumento transformador del mundo, un lugar de pensamiento, de educación, un instrumento beligerante contra los elementos que nos bombardean", agregó el director del centro. La concejala de Cultura, Gemma del Corral, consideró que "estás piezas no van a dejar a nadie indiferente porque es una exposición de denuncia, trata de remover conciencias, de llamar la atención tal y como ha marcado siempre la trayectoria de este artista comprometido".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios