Cultura

Último adiós a Eartha Kitt tras 60 años de sensualidad en los escenarios

  • La cantante y actriz falleció el 24 de diciembre, víctima de un cáncer de colon

El ronroneo de Eartha Kitt, autoapodada gatita sexual, se apagó por siempre a los 81 años, tras seis prolijas décadas de carrera que le permitieron desde bailar en los escenarios de Broadway, hasta hacer de Catwoman en la serie de televisión Batman de los años 60. Esta versátil cantante y actriz estadounidense, ganadora de dos premios Emmy y nominada a otros tantos Tony y Grammy, murió el día de Navidad a causa de un cáncer de colon que le fue diagnosticado hace dos años, y por el que estaba siendo atendida en el Hospital Presbiteriano de Columbia, en Nueva York. Su amigo y publicista Andrew Freedman fue quien hizo pública la muerte de esta polifacética mujer, quien vivía en Connecticut y permanecía en activo.

Su característica y sensual voz la convirtieron en una estrella de fama internacional y el ronroneo con el que jugaba en canciones como tan conocidas como C'est si bon, I don't care, Let's do it o Love for sale le ayudó a conquistar los escenarios de medio mundo. Sería su papel de la sexy Catwoman de la serie de televisión de Batman la que pondría cara para siempre a esta sensual bailarina.

Nacida en una plantación de algodón de Carolina del Sur en 1927, hija de una india cherokee y un hombre blanco, Kitt tuvo una dura infancia, según ella misma recordaba a menudo.

A los nueve años se trasladó a Nueva York para vivir con una tía en Harlem, después de que el segundo marido de su madre la rechazara por tener la piel demasiado clara. Sin embargo, allí no le fue mucho mejor y, tras escaparse de casa, llegó a dormir en estaciones de metro y edificios abandonados.

La vida de esta atractiva mestiza cambió drásticamente cuando se incorporó a los 16 años a la compañía Katherine Dunham y recorrió los escenarios de toda Europa antes de cumplir los 20 años, donde incluso actuó ante la familia real británica en 1948.

Ese año participó por primera vez en una película (Casbah), aunque "la mujer más excitante del mundo" según Orson Welles, también trabajó en St. Louis Blues (1958) junto a Nat King Cole, y Anna Lucasta, entre otras.

Poco después dejó la compañía e inició en el club nocturno parisino Carrols su exitosa carrera como cantante solista, que le permitió actuar en más de cien países.

Recientemente había terminado su última grabación en Chicago y según su publicista tenía compromisos pendientes para 2009. En el momento de su muerte, Eartha estaba acompañada por su hija, fruto de su único matrimonio, que sólo duró cinco años (hasta 1965).

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