Crítica de Cine

Versión simia de los desastres de la guerra goyescos

El planeta de los simios no es una franquicia tipo La guerra de las Galaxias o Piratas del Caribe. La gran novela de Pierre Boulle (autor también de El puente sobre el río Kwai), publicada en 1963, fue llevada al cine en 1968 por Franklin J. Schaffner con un equipo de lujo: Charlton Heston -su valedor frente a la Fox, que desconfiaba del arriesgado proyecto-, el protésico corporal y maquillador John Chambers, el guionista Rod Serling y el compositor Jerry Goldsmith. A los cinco se debe esta obra maestra estrenada el mismo año -por ello clave en la historia de la ciencia ficción- de 2001, una odisea del espacio. Lo que vino tras ella sí se puede considerar una franquicia: cuatro largometrajes mediocres producidos entre 1970 y 1973 más dos series de televisión igualmente mediocres emitidas en 1974 y 1975 que dejaron exprimido el limón sin afectar, dada la abismal diferencia entre ellas, a la película de Shaffner.

Ahí quedó la cosa hasta que en 2001 Tim Burton tuvo la buena/mala idea de volver a rodar la novela. Y volver a rodar una novela no es una franquicia. Fue una buena idea porque el desarrollo de las técnicas digitales permitía una visualización más realista. Fue una mala idea porque ya había empezado el declive de Burton y el resultado fue desastroso. Una década más tarde la Fox tuvo el acierto de confiar en el matrimonio formado por los guionistas y productores Amanda Silver y Rick Jaffa para contar por qué y cómo la Tierra se convirtió en un mundo gobernado por simios inteligentes. Así nacieron El origen del planeta de los simios (Wyatt, 2011) y El amanecer del planeta de los simios (Reeves, 2014), dos muy buenas películas que enlazaban en cuanto a calidad con la de Shaffner.

La guerra del planeta de los simios, también dirigida por Matt Reeves, cierra brillantemente esta trilogía. Además de los buenos guiones y excelentes direcciones de Wyatt y Reeves, la trilogía se ha servido con inteligencia creativa de los asombrosos efectos especiales creados por la Weta Digital de Peter Jackson, y su sistema de captura de movimiento, para convertir en su centro dramático la gestualidad y sobre todo la mirada de los simios, especialmente la de César, interpretado por el gran Andy Serkis, que fue Gollum, Kong y Snoke. A él se añade un fascinante personaje simio interpretado por Steve Zahn.

Como en las dos entregas anteriores se demuestra que los efectos especiales y la espectacularidad no están reñidos con la inteligencia. Es una gran película de ciencia-ficción pesimista en formato de cine bélico que sólo comete el error (empeorado por ese mediocre actor que es Woody Harrelson) de hacer excesivamente explícitas sus referencias a Apocalypse Now. Pero está tan llena de imágenes poderosas y de sugerencias inteligentes que se le perdona. Tanto sugiere que me recordó el grabado Esto es lo peor de la serie Los desastres de la guerra de Goya, en el que un lobo rodeado por una humanidad miserable escribe sobre un pergamino "Mísera humanidad, la culpa es tuya", frase tomada del poema Los animales parlantes de Giambattista Casti.

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