Cultura

Victoria por goleada

Tom Cary. Viernes 16 de diciembre de 2011. La Cripta. Voces: Pablo Garrido, Fran Verdugo y Marcelo Moreno. Batería: Pablo Garrido. Guitarras: Fran Verdugo y Marcelo Moreno. Teclado y percusión: Marcelo Moreno. Saxofón: Aquiles Polychronidis. Aforo: 60 personas, poco más de media entrada.

Hay grupos que navegan sin rumbo fijo. Que muestran un sonido y al día siguiente lo cambian por completo. Que te dejan sin saber muy bien qué decir y que parecen no encontrar nunca su sello de identidad ni sentirse a gusto jugando en ninguna posición. Y hay otros que lo tienen claro desde el minuto uno. Que no han saltado al terreno de juego mirando de frente a la portería y con los que ya se sabe de qué va la cosa. Ocurre con ellos como con el Barça: Se sabe que va a dominar, casi seguro golear; pero uno no deja de ver sus partidos, de disfrutar de cada regate de Xavi o Iniesta. Alucinar con la omnipresencia de Busquets. Desear un nuevo gol para la historia de Messi.

Así son los Tom Cary. Uno espera mucho ruido sobre el escenario. Y lo tiene. De sobra. Se sabe que la distorsión va a llegar, que el nivel de saturación raya lo recomendable. Pero el público no deja de ir a sus conciertos, de fascinarse con la transformación de sus componentes cuando los focos les apuntan. De esperar un nuevo arranque de genialidad. De preguntarse si los músicos no andan un poco locos. Y, así, se entiende la dificultad de etiquetar a estos músicos malagueños, de saber donde clasificarlos en la estantería de los discos.

Aunque ellos sí que tienen muy claro su sonido, saben que su rumbo es clarísimo. Y certero. Lo decían Pablo Garrido y Fran Verdugo hace unos días en estas páginas, donde adjetivaban su nuevo disco, Las Hidden Logics, como ruidoso, sorprendente y muy bizarro. El directo lo confirma. Ahora sí, el estudio es trasladado casi al cien por cien al escenario. Con menos cacharrería -haría falta bastante espacio- pero con un espectacular derroche de energía. Casi dos horas de ruido en la que repasaron gran parte Las Hidden Logics, se gustaron con versiones de algunos temas propios y se acordaron de viejos grande temas del disco anterior como Energy never disappeared only got transformed.

En definitiva, los no iniciados, aquellos que no sabían qué era un directo de Tom Cary, seguro que se han quedado con la copla. Y muy bien. Porque el del pasado viernes en la sala La Cripta fue uno de los shows más locos de la banda que dejaron claro que sus directos tienen un toque de demencia. Y, por supuesto, que son unos marcianos. Lo son por sí solos, pero más aún si se les compara con el restante panorama musical malagueño.

Además, la noche dejó un buen sabor de boca con los nuevos fichajes, que parecen haber entendido el carisma del grupo a la primera. Lo dejó claro Marcelo Moreno en la guitarra y el griego Aquiles Polychronidis con un saxofón muy personal.

Lástima que la cita para presentar Las Hidden Logics fuese prácticamente un bolo entre conocidos: Familiares y amigos fueron mayoría entre el poco más de medio centenar de personas que acudieron en la noche del viernes a La Cripta. Así es Málaga y el público local: Difícil de atraer, de motivar, de convencer (y eso que con la entrada, a siete euros, regalaban el anterior disco). De nada parece servir que esta nueva sala sea una de los mejores en la ciudad para disfrutar de música en vivo y que los Tom Cary tengan uno de los mejores directos, si no el mejor, de la música malagueña. Sí, 60 personas. Y eso que no había fútbol. Ni jugaba el Barça.

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