Tras el anuncio de una de las mayores adquisiciones realizadas por el Museo Picasso en su ciclo de vida, la consejera de Cultura, Rosa Torres, manifestó ayer a este periódico su satisfacción por las 78 obras que se sumarán a la colección permanente. En enero dará a conocer los detalles de las piezas y su cuantía, pero la presidenta del patronato de la nueva fundación adelantó que las 68 obras adquiridas corresponden a dibujos y grabados

–¿Qué supone para el museo la adquisición de un número tan importante de obras?

–Más que sobre la adquisición propiamente dicha, la valoración merece la pena hacerla sobre el conjunto de actuaciones que va a significar que la colección del museo pase de 155 a 233 obras. Serán 68 en dibujos y grabados, cuatro libros ilustrados y seis obras, donación de Bernard-Ruiz Picasso, además del acuerdo de colaboración del depósito de 43 durante 15 años, el tiempo en el que la Junta ha comprometido su plan presupuestario.

–¿Cómo se verá beneficiado el museo y el visitante?

–Significa que un museo que ya nació con una colección considerable  ahora puede renovar el discurso.  Ten en cuenta que la obra gráfica, en papel, requiere una metodología de conservación muy específica. Las piezas no pueden estar expuestas durante un largo periodo de tiempo. Esto posibilitará renovar la exposición permanente con obras del mismo valor, misma temática y, aunque el discurso se refresque, no obliga a cambiarlo cada vez que haya que renovar. Tampoco  hay que olvidar que la investigación va a tener un nuevo campo de trabajo con 68 nuevas obras sobre las que se puede generar estudio y ampliar el discurso.

–¿Por qué la adquisición se ha hecho ahora y no antes?

–Más que no poder hacerlo antes, creímos que el momento adecuado era este. Llevamos años trabajando en el consejo ejecutivo para lo que ocurrió el pasado domingo tuviera esa fortaleza. Entendemos que el momento de la fusión era el más propicio porque esas obras se adscriben, a partir de ahora, a una única fundación . El trabajo de austeridad y ahorro ha hecho posible tener acumulado una cantidad más que suficiente para abordar la adquisición sin quebrar el presupuesto del museo. El pago lo facilita porque se hace en dos anualidades.

–El adelanto hace suponer que en 2010 no habrá más compras...

–No se plantean más adquisiciones en el horizonte. El planteamiento lógico era presentar éstas en enero, pero estaba tan cerrado el preacuerdo que nos parecía absurdo seguir aguantando la información.