Cultura

Un alegato contra "la muerte en vida"

  • Eskarnia estrena un montaje sobre la existencia en "un entorno cada vez más deshumanizado"

Elena Casanueva y Antonio Dobón en una imagen promocional del espectáculo.

Elena Casanueva y Antonio Dobón en una imagen promocional del espectáculo. / pablo mesa capella

"La muerte es ilegal y nadie dice nada. Ni una denuncia, un grito […] la vida es una estafa. Nacemos sin permiso y crecemos sin ganas. Si soñamos nos duermen, si sentimos, nos talan". El nuevo espectáculo de Elena Casanueva -Eskarnia cuando sube a un escenario a rapear e interpretar- es un gancho frontal en la cara del espectador, una inyección de conciencia, un interrogante desesperado. Ruido B -el nombre del montaje- "es un alegato contra la muerte en vida, contra el daño que nos hacemos a nosotros mismos a diario, en un mundo tan deshumanizado y donde cada es más difícil ser uno mismo", precisa la joven actriz malagueña. Para ello, Casanueva se sirve del suicidio, "un suicidio metafórico", aclara nerviosa, para crear imágenes y hablar de muchas cosas: la explotación laboral, el desmesurado uso de las redes sociales, el bajo índice de lectura, la nefasta gestión del gobierno actual.

"El ruido b hace referencia al ruido blanco, que es una señal aleatoria, una intensidad de señal que en una gráfica espectro de frecuencia siempre suena con la misma intensidad y la misma amplitud en todas las frecuencias. Es el ruido que escuchas cuando enciendes una televisión sin señal (intenta emular ese sonido con la boca). En eso me he inspirado para la música que interpretará Antonio Dobón con su contrabajo", explica. Ese ruido, esas interferencias, son para la rapera también aquellos chispazos de locura que le llevan a uno a pensar -y hacer cosas- sin sentido. "Todo el mundo ha tenido en su cabeza pensamientos que nacen desde sitios que no son sanos", señala.

"Contado con humor", precisa la rapera, el montaje ha bebido de la poesía de Belén Reyes (Madrid, 1964), "digna sucesora de Gloria Fuertes". Sobre todo de algunos versos de su último libro, La muerte es ilegal (versos en diferido): "He perdido la fe, un paraguas, dos muelas, a mi padre, el apéndice, un lápiz, la cartera. He perdido su piel, su boca, una tarjeta de crédito, he perdido el autobús […] He perdido la vida por dentro, pero fuera me conecto a las redes sociales que me pescan". La actriz también se ha dejado inspirar por haikus y su propia experiencia: "La idea básica partió de un intento -imaginado- de suicidio cuando era pequeña. Imaginé todo lo que pasaría a raíz de mi muerte: los comentarios, las reacciones de la gente, el funeral", se sincera.

Durante una hora, Casanueva juega con el binomio vida y muerte para despertar en el espectador una pregunta: ¿Estamos vivos o estamos muertos?. "No es una obra derrotista. Esa misma pregunta es un rayo de luz para el público. Aunque no pretendo dar una lección, sólo hacer reflexionar", reconoce. Un rayo de luz, esperanza, aire, pausa, llámenlo como quieran. No se lo pierdan. Hoy en el Centro Cultural María Victoria Atencia, en calle Ollerías, a las 21:00. Los interesados pueden recoger las invitaciones de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 en la taquilla del espacio.

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