Cultura

Una armonía en crecimiento

Nunca hace falta una excusa para cantar. Basta con ponerse; como rezaba el hit de Siniestro Total: "Si yo canto es por ti/aunque digan los demás/que desafino mucho", pero a estas alturas nadie discute que la formación vocal y la mejora de la entonación son instrumentos educativos de primer orden para el desarrollo integral de la persona, independientemente de que después cada alumno se dedique o no a la música. La Fundación Musical de Málaga ha hecho de este axioma su lema y cabecera y ha celebrado durante el mes de noviembre un taller de canto coral para niños del que ha surgido un importante grupo de 80 voces blancas. El estreno de esta inesperada escolanía tendrá lugar hoy a las 19.00 en el Conservatorio Superior de Música de El Ejido, con un recital basado en un repertorio tradicional navideño.

El portavoz de la fundación y promotor del taller, Luis Naranjo, explicó ayer durante un ensayo previo en el Ateneo de Música y Danza que la mayoría de los pequeños que han acudido al taller "pertenecen a las tres escolanías que funcionan regularmente en Málaga, la de Santa María de la Victoria, la del Colegio San Estanislao de Kotska y la del Colegio Gibraljaire". De esta forma, la experiencia ha significado un intercambio de aprendizajes entre agrupaciones "que habitualmente trabajan como compartimentos estancos y cuyos alumnos y directores se han visto en esta ocasión beneficiados". No obstante, la convocatoria ha sido de carácter plenamente abierto "y también han venido niños que no pertenecen a coros y que se han integrado perfectamente". Los ochenta cantantes tienen edades comprendidas entre 5 y 13 años, "aunque la mayoría rondan los 8".

El taller, que previsiblemente tendrá continuidad, dada la excelente respuesta que ha recibido esta primera edición, ha contado con dos profesores de primer orden: Dante Andreo, especializado en la interpretación de música antigua española, asesor de la Confederación Coral Española y compositor con una amplia producción de obras polifónicas vocales, religiosas y profanas (labor por la que ha sido premiado en varias ocasiones); y Laura González, directora de numerosos centros de formación musical y coros en Canarias y jurado en diversos festivales. Ambos, de origen argentino, han permitido a los pequeños disfrutar y aprender con sus mejores armas: la voz y la imaginación.

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