Cultura

El arte antes de la mordaza

  • Tras presentar sus 'Estados Undios' en la galería malagueña La Casa Rosa, a la que regresará en breve con otras piezas de videoarte, Omar Jerez prepara un corrosivo proyecto junto a Eugenio Merino, el agitador de ARCO

En la reveladora y a menudo tramposa relación entre arte y mercado (todo lo que dejó escrito al respecto Juan Antonio Ramírez es, y seguirá siendo, de lectura obligada), el asunto de la polémica es ya una clave coyuntural y definitiva, lejos de la anécdota. La galería malagueña La Casa Rosa, que nació el año pasado con el objetivo de convertirse en centro de referencia para el arte contemporáneo, anunció recientemente un cambio de aires en consonancia a una nueva directiva; el nuevo rumbo quedó fijado de manera tajante hace sólo unos días con la proyección nocturna de Estados Undios, una obra de videoarte de Omar Jerez (Granada, 1980) en la que, entre otras lindezas, aparecen el payaso Ronald McDonald excitando sexualmente a un consumidor obeso y un Mickey Mouse muy explícito. Jerez, que con estas piezas ya había cosechado un importante éxito en Estados Unidos (su Mickey Mouse se presentó en el Museo Guggenheim de Nueva York y mereció los elogios de Damien Hirst) y cuya obra puede verse en los museos y centros de arte más importantes del planeta, anunció a este periódico que su idilio con La Casa Rosa continuará, previsiblemente este mismo año, con la proyección de otras obras nacidas de su imaginación, directa y a prueba de mordazas. Además, mientras colea aún el anuncio que hizo de su propia muerte en Facebook, prepara su primer asalto a la escultura con el asesoramiento, nada menos, de Eugenio Merino, el gran agitador de ARCO, feria a la que hizo ganar todas las portadas con su estatua de Franco metido en una nevera (Always Franco) o la que el año pasado representaba a un judío, un musulmán y un cristiano y que levantó las iras de las altas instancias de las correspondientes confesiones. Así que la polémica sigue estando servida; lo oportuno que de todo ello resulte deberá ser juzgado, claro, por cada uno.

En cuanto a lo que podrá verse en La Casa Rosa después del verano, Omar Jerez señaló dos obras de videoarte que formarán parte de su serie dedicada a personajes famosos. Una de ellas, ya terminada, tiene como protagonista al actor porno Nacho Vidal, quien, tras un primer plano en el que aparece desnudo y de espaldas, termina dirigiéndose a una cama donde se abraza, en un gesto de profunda ternura, al vientre de una mujer en avanzado estado de gestación ("Es, por el momento, mi única obra que puede ver un menor de edad", señaló el artista granadino al respecto, quien situó este trabajo en su empeño en "descontextualizar" a personajes que forman parte de la iconografía cultural del momento); la otra, aún en fase de proyecto, tendrá como protagonista a John Malkovich, quien aparecerá relatando las virtudes de un vino mientras a sus espaldas se proyectan imágenes de niños muriendo de hambre en África. Jerez confirmó la participación de Malkovich ("Él aceptó desde el principio, pero ha habido que convencer a otras personas de su entorno") y señaló que todo lo que la obra recaude, bien a través de su proyección o de su venta directa, se destinará de manera íntegra a diversas ONG. En este sentido, el autor dejó que claro que ninguna de las personas que han trabajado para él ha cobrado un solo céntimo: "Ni lo hizo Nacho Vidal ni lo hará Malkovich", insistió Jerez, quien afirmó a su vez que espera estrenar la pieza "en alguna galería pequeña de Nueva York, Londres o París" antes de su exhibición en Málaga. Omar Jerez indicó que en la actualidad "no hay más de diez coleccionistas de videoarte en todo el mundo", lo que dificulta sensiblemente cualquier presunción económica aunque a la vez facilita a determinar las posibilidades de mercado.

En cuanto al proyecto con Eugenio Merino, Omar Jerez trabaja en una gran escultura que reproduce la cabeza de la galerista Juana de Aizpuru, primera directora de ARCO y nombrada recientemente Hija Predilecta de Andalucía. La idea contempla la culminación de la obra, su instalación sobre una cama y su salida en procesión por Madrid a lo largo de un itinerario que culminará en la galería de la homenajeada. Jerez considera que Aizpuru "es la gran santa del arte contemporáneo, así que también representa todo lo que ha terminado matando al arte", y acusa sin tapujos a ARCO de "ejercer una censura previa y directa en artistas y galerías. También posterior: nadie puede decir que le ha ido mal en ARCO, aunque no haya vendido nada". La performance en cuestión será registrada para una nueva entrega de videoarte que Jerez también quiere mostrar en Málaga. En cuanto a Eugenio Merino, que se adjudica en esta iniciativa "labores exclusivas de asesoramiento en cuanto a los materiales y a las personas que pueden echar una mano", el granadino se refirió a él como "un artista accesible y a la vez exigente. No es nada críptico, dice bien claro lo que quiere decir, sin evitar la provocación ni la polémica, pero con toda la rigurosidad exigible. Él representa en el medio oficial lo que yo represento en el underground".

Pero Merino, quien asesorará también a Jerez en la realización de una escultura de Benedicto XVI, no lo tiene tan claro: "Lo único que distingue el medio oficial del underground es el trabajo para una galería concreta, pero hay muchos artistas oficiales de vocación underground. Estoy seguro de que Omar tomará posiciones cada vez más intermedias". Habrá que ver entonces quién aplaca a la bestia.

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