Cultura

Un ciclo más vivo que nunca

  • Consolidado y activo, así ve el crítico musical Fernando Anaya la iniciativa que hace ya quince años inició la Orquesta Filarmónica de Málaga por lo contemporáneo

Comencé mi mañana con la palabra escrita. Comprendí en seguida la esencia de los sabios tras la lectura proverbial de una reciente entrevista a Christoph Eschenbach. El músico germano se manifestó contundente ante el periodista: "No nos podemos permitir vivir en y del pasado. Debemos alimentar nuestras orquestas con música de hoy, que algún día llegará a ser clásica también". Y es esta la verdadera clave que hace del XV Ciclo de Música Contemporánea de Málaga su razón de ser, de existir, de valer y de desempeñar una labor en la pervivencia de la tradición de la propia historia musical.

Los elogios, en este sentido, van para los esfuerzo de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) que en colaboración la Fundación Unicaja han permitido que se estimule la creación musical española. El compositor Claudio Prieto compartió conmigo la idea del trabajo bien realizado; me indicó, en la noche de clausura del ciclo, que si todas las orquestas españolas tan sólo editasen un libro y un disco (siguiendo el ejemplo de la OFM), la producción sería magnífica y tendríamos una serie de recursos increíbles.

Pero adentrándonos en los detalles circundantes a este ciclo, yo definiría esta 15ª edición con las siguientes reflexiones.

un intérprete

La juventud. Ha sido un gran punto determinante y que responde a la clara apuesta por los jóvenes intérpretes que se implican en el trabajo de la música culta contemporánea. Cristina Montes en el arpa, los hermanos Luis y Víctor del Valle y el grupo de percusión de la Academia de Estudios Orquestales (AEO) elevaron la cota de calidad a la máxima expresión. Y no sólo prodigaron sus virtudes y destrezas interpretativas sino que se presentaron con la excelsa energía que ellos mismos irradian ante la responsabilidad de enfrentarse a partituras de gran dificultad. Igualmente se apreció el contar con la nueva sabia de dos formaciones orquestales: la Joven Orquestal Nacional de España (Jonde) y muy en especial, con la Orquesta Joven de Andalucía (OJA).

una batuta

La eficacia. Hablamos de un triunvirato. Michael Thomas y su destacada labor pedagógica con la OJA, José Luis Temes en su colaboración con la OFM en las recientes grabaciones y en un primer plano, Lorenzo Ramos, en juventud valedora de un trabajo eficaz, pleno en energía e ilusión, manifestado en una técnica excelente. Pienso que nos traerá gratas sorpresas con su dirección artística de las próximas temporadas líricas malacitanas.

una partitura

La personal. Al igual que en anteriores ediciones, la creación musical ha tenido el lugar destacado que merece. Sin embargo, la paleta de variedad y colorido de los estilos personales salió a relucir más que nunca. Cinco obras de encargo por parte de la OFM más los estrenos absolutos acontecidos dan sobradas cuentas de la sensibilidad e interés aportado por la organización del evento. En este sentido, García Abril aceptó mi invitación de dibujar en palabras el panorama actual de la composición musical. Lienzo que configuró bajo la denominación del personal sentir de cada autor, alejado totalmente de los ismos, en donde la juventud va progresivamente cobrando importancia. En este sentido, el mismo vocablo suena una y otra vez, y no me importa repetirlo ante lo que podría ser una propuesta interesante para próximos ciclos: aliento a los nuevos compositores.

un recuerdo

Lo eterno. La música de Manuel Castillo ha tenido su presencia y eco en este evento. Su meritorio lugar destacó con la programación de alguna de sus piezas por parte de la OJA, Cristina Montes y muy especialmente, por la Coral Cármina Nova. La formación malagueña, además, contribuyó con la memoria de otro insigne músico de la tierra: Luis Díez.

Un final

La continuación. No debe existir la palabra fin para ningún ciclo musical. No caben excusas que enmascaren falta de apreciación por la cultura. El camino es largo y hay cosas que mejorar, pero las ilusiones se mantienen y confío plenamente en la posibilidad de programar infinitos ciclos de música contemporánea en nuestra ciudad. Igualmente, todos esperamos que ese tan necesitado auditorio se haga realidad a muy corto plazo y que, de esta forma, los malagueños podamos asistir al nacimiento de nuevas obras musicales en todo su esplendor, en toda su sensación y en toda su envergadura. Felicitaciones y especial ánimo para seguir luchando por la consolidación de la música culta en particular, y de la cultura en general.

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