arte

Del cine a lo plástico

  • Un grupo de jóvenes artistas españolas revisan la noción de 'femme fatale' en el cine clásico como construcción mitológica al servicio del imaginario masculino

Ahora que nos encontramos en nuestra ciudad inmersos en pleno Festival de cine español, la exposición Odi et amo. Femme fatale, del encanto a la perversión, entre otras muchas cuestiones, nos devuelve la certeza de que el cine fue, no ha tanto, un verdadero y potente transmisor de pautas de conducta, estereotipos y constructos culturales. El cine dominó el ocio y avivó la imaginación durante décadas, por no decir casi un siglo; indudablemente, esa capacidad no se ha perdido, aunque parece que ese poder sobre nuestro imaginario y las bases educacionales ha descendido al compartir esa facultad para la difusión con otros medios de masas posteriores (la televisión) o las redes sociales que permiten un mayor activismo, participación y toma de decisión -una democratización- en los fenómenos de creación y transmisión de opinión. Otra cuestión es cómo algunas de esas imágenes metafóricas que encerraban un secular juicio interesado sobre ciertos aspectos, como el de la mujer fatal, han acabado perdiendo su pujanza y vigencia debido a los cambios sociales en el último siglo, que si bien no han deparado aún una igualdad total y efectiva, al menos han hecho posible que desaparezcan ciertos temores ancestrales del género masculino respecto al femenino, y que motivaban el surgimiento de esas figuras que, como tan bien queda reflejado en el subtítulo de la muestra, concitaban dialécticamente el encanto y la perversión, la irrefrenable atracción y el más irracional de los miedos, tanto como la belleza y lo perturbador. Entre esos polos anduvo el concepto de mujer fatal, que ha ido acompañando al Hombre desde prácticamente sus primeras manifestaciones escritas y, lo que es más importante, en textos que suponían una cosmogonía o una explicación, cargada de moralidad, acerca de la creación y desarrollo de la vida, nuestro mundo y nuestras relaciones.

Las comisarias de la muestra, Lourdes Jiménez e Isabel Hernández, han propuesto a un grupo de jóvenes artistas españolas, la mayoría procedente del mundo de la ilustración, que reinterpreten la noción de femme fatale que el cine clásico y, en especial, el cine negro difundieron durante décadas. El cine, y la selección de películas que hacen las comisarias resulta ilustrativa de esto -al igual que las actrices que encarnaron esos papeles-, reeditó en muchas de sus femmes fatales los rasgos que condensaban figuras legendarias como Eva, Salomé, Judith o Cleopatra, mujeres-perdición que usaban sus atributos y virtudes para lograr sus propósitos a costa del hombre, incluso de la vida de éste. Pero en paralelo a la industria cinematográfica, el imaginario masculino seguía produciendo figuras análogas, como la Lolita de Nabokov, que pronto sería adaptada a la gran pantalla. De hecho, en esta exposición, la fotógrafa Dara Scully atiende a ésta centrándose en el componente adolescente y desechando el matiz perverso que acumula. Otro iconotipo que nace en los albores del cine clásico es el de la mantis religiosa, que los surrealistas impondrán como actualización de la femme fatale pasada por el filtro de su imaginario, tan proclive a la entomología. Este insecto ofrecía la vis amenazante de una mujer que se saciaba del hombre para después proceder a su muerte, curiosamente a través de la decapitación (metáfora de la castración), densificación y renovación de míticas figuras como Judith o Salomé.

Esta exposición supone que la mujer, a través de la creación artística, revise una construcción acerca del género -acerca de ella misma-, que ha sido creada y desarrollada por el dominante pensamiento masculino, patriarcal o falocéntrico -sírvanse ustedes mismos-. Sin embargo, son mayoría las piezas que son una recreación e incluso una cita literal del personaje femenino central de esas películas, propuestas por las comisarias, y no tanto un ejercicio crítico hacia esa visión masculina.

Asimismo, esos ejercicios suponen devolver el mito al terreno, más allá de las lógicas fuentes literarias, que más difundió el concepto, esto es, la pintura y el dibujo adaptados a la ilustración, aunque hay también revisiones desde la fotografía, precisamente en relación a algunas de las últimas películas que han escenificado la pervivencia de la femme fatale (Instinto básico o La última seducción). Muchas de las artistas no sólo devuelven el iconotipo a lo plástico, sino que sus obras adquieren un estilo orientalista y eminentemente gráfico que enlaza con presupuestos cercanos al Simbolismo y al Modernismo, en los que el concepto de femme fatale gozó de gran presencia. Son, en cualquier caso, citas estilísticas que concuerdan con la imagen gráfica y el ambiente de esas películas, aunque renovadas con otros rasgos más próximos a nosotros, como es el caso del aire nipón o manga de las ilustraciones de Belén Segarra, o los collages de Willy Ollero y Francisca Pageo.

Sala Ámbito Cultural Avda. de Andalucía 4-6, Málaga. Hasta el 14 de mayo

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios