Los artistas noveles Fernando Castro y Juan Peña (conocidos por sus actuaciones en la serie Arrayán) se suben el próximo día 19 de diciembre a partir de las ocho y media de la tarde a las tablas del Teatro Alameda para acompañar a Chambao en el concierto benéfico organizado para recaudar fondos contra el cáncer.

Las entradas pueden adquirirse en las taquillas del teatro malagueño a un precio único de 30 euros. Con este montante, la Asociación Malagueña contra el Cáncer mantiene durante todo el año los dos pisos para niños en tratamiento oncológico situados frente al Hospital Materno Infantil. El alquiler, la limpieza, el menaje o los juguetes... Con las entradas, y con la cuenta 8.000 abierta durante todo el año en la sede de Unicaja de la Plaza de la Marina, además de otras iniciativas ciudadanas, como la subasta de la cofradía de la Sangre, la marcha solidaria Gody o las aportaciones de particulares y públicas, como las concedidas por el Ayuntamiento o la Junta de Andalucía.

El sistema de recaudación no tiene intermediarios y todo lo conseguido durante el año se destina directamente a los gastos de los pisos.

Porque el proyecto merece la pena: los niños enfermos procedentes de lugares más alejados de la provincia pueden alojarse junto a algún familiar en estas viviendas mientras dure el tratamiento o pase la etapa más virulenta de la enfermedad que le obliga a tener que acudir a urgencias con cierta asiduidad.

Los pisos, con capacidad para tres niños y sus familiares, se pusieron en marcha hace ya 14 años y han conseguido incentivar numerosas iniciativas que han mejorado la calidad de vida de los enfermos. Es a partir de ese momento cuando se levanta la planta oncológica en el Materno Infantil y empiezan a desarrollarse mejoras como la creación de una ludoteca que contiene 800 libros infantiles, según explica el periodista Adolfo Arjona, impulsor de la iniciativa.

El periodista recuerda unos inicios difíciles y cuenta cómo cuando quisieron alquilar el piso la comunidad se opuso porque no "querían ver a niños sin pelo". Muchos niños (algunos ya adolescentes) han conseguido gracias a esta iniciativa que su paso por la enfermedad haya sido más humano. Sin embargo, este año faltan manos. A sólo una semana del concierto, el teatro sólo ha vendido 80 entradas y el aforo es de 600. El proyecto merece la pena.