El taller de dramaturgia que el escritor Sergio Rubio ha dirigido en las últimas semanas en Málaga, dentro del programa formativo de la Junta de Andalucía Escénica, concluyó ayer en el Teatro Cánovas con la puesta en escena de una selección de piezas dramáticas realizadas durante la celebración del taller por los participantes en el mismo. Y para ello se convocó a un nutrido reparto de actores malagueños, por lo que la propuesta, que se hizo a puertas abiertas, resultó una verdadera muestra de la efervescencia de la escena local, así como un termómetro fiable para evaluar los derroteros por los que el teatro más cercano transitará los próximos años.

De este modo, los actores Carmen Baquero, Rebeca Carrera, Virginia de Morata, Soledad Gallardo, Toni Gómez, Homero Rodríguez, Cristina Rojas y Marina Sánchez interpretaron textos de Laura Benavides, Virginia de Morata, Alessandro Jade y Daniel Millet, bajo la dirección del mismo Sergio Rubio. El resultado fue una celebración del teatro contemporáneo, versátil y multidisciplinar, que a pesar de su carácter fragmentario reveló una especial unidad, especialmente en intereses comunes relacionados con la actualidad. Entre el drama y la comedia, la propuesta dio buena cuenta de cuáles apuntan a ser futuros éxitos bajo los focos.

Sergio Rubio es uno de los dramaturgos malagueños con mayor proyección en el panorama escénico nacional. En el año 2000 se reveló gracias al accésit del concurso de textos dramáticos Miguel Romero Esteo con Mala vida, y al año siguiente se hizo con el primer premio con Silencio. Entre su producción destacan dos montajes dirigidos por Julio Fraga, Recalificados y Después de Ricardo, una lectura contemporánea del Ricardo III de Shakespeare. En los últimos años ha estado especialmente vinculado a la compañía Caramala, para la que ha escrito y dirigido las obras La hora feliz y Caramelo.