José Ignacio Lapido sacó hace unos días a la venta su séptimo disco de la etapa Post-091, Formas de matar el tiempo, una recopilación de las canciones en las que ha estado inmerso desde finales de 2010. "Llega un momento en el que te pones a valorar lo que has escrito y haces una selección. Si ves que hay suficientes canciones tras la criba, te pones a estructurarlas y a trabajar con la banda durante un año, que es lo que he tardado yo en este disco". Así de fácil resume la motivación que ha impulsado su última creación el mítico músico.

-En este disco no hay colaboraciones, a diferencia del anterior.

-Yo nunca me planteo esas cosas. En el anterior hubo porque había trabajado con algunos de los músicos en directo: con Amaral, con Miguel Ríos... En éste ni siquiera consideré la posibilidad de que hubiera colaboraciones. Yo creo que las canciones se defienden por sí solas.

-¿Algún leitmotiv?

-No, yo no suelo hacer discos conceptuales, es sólo un libro de canciones, aunque luego el azar juega a favor del creador y las canciones tienen interconexiones entre ellas. Hay un hilo conductor.

-¿Cuál es en este caso el hilo conductor de las canciones que lo componen?

-Los mismos de siempre, no hay novedad en ese sentido: la mezcla entre lo real y lo onírico, el paso del tiempo, el desencanto vital, la posibilidad de redención...

-¿Y en cuanto a la parte musical?

-He contado con la misma banda que me acompaña en directo desde hace años: Víctor Sánchez, a la guitarra; Raúl Bernal,al piano; Paco Solana, al bajo; y Popi González, a la batería. He tenido la suerte de contar con estos músicos que además de grandes instrumentistas son compositores ellos mismos. Esto supone un reto porque estamos hablando de igual a igual. Cuando les presento una canción sé que hay cuatro tíos que saben de qué va el tema, y eso es un acicate.

-El disco está en la calle desde hace un par de días. ¿Cuáles son los próximos movimientos?

-Ahora empieza todo. Lo primero es la promoción y el siguiente paso es arrancar la gira de presentación de conciertos, que arranca en Murcia el 10 de mayo y llega a Granada el 18. Después del verano seguiremos presentando en salas. Ésa es la parte de contacto con el público después de la de laboratorio de los músicos en estudio.

-¿Cuál es su parte preferida?

-La parte inicial, la que estoy en mi casa sólo con la guitarra, en la que surge todo. Es la parte más pura, aunque quizás también la más difícil. En la grabación me siento más arropado. En esa parte ves que la canción va creciendo a la vez que le añades arreglos. Y el directo es la satisfacción. Pero si hay que elegir una... mequedo con la primera.

-¿Cómo se comercializará?

-En CD, en vinilo, que hace unos años parecía que se había perdido, y luego en plataformas digitales. Legales, claro (risas).

-¿La bajada de las ventas como repercute en el creador?

-Como se ha notado mucho la bajada, eso influye en todo. Antes se podía estar más tiempo en el estudio y se podía contar con recursos musicales. Antes querías grabar con una orquesta y ahora es muy difícil. Por ejemplo, para un arreglo de cuerdas, te conformas con dos músicos, como he hecho ahora.