Cultura

"Mi forma de trabajar busca las conexiones con el mundo"

  • El famoso gaitero continúa con la presentación de su último disco, 'Alborada do Brasil', en el que conecta el país carioca con Galicia y toda la música celta

El viento en sus manos tiene el gaitero Carlos Núñez. Desde niño ha tocado ese instrumento tan gallego y no tiene intención de dejarlo, a pesar de haberse convertido ya en un músico internacional del ritmo celta.

-Ha pasado más de un año desde que presentó su último disco Alborada do Brasil, ¿cómo va todo?

-Muy bien. Hace un año que se estrenó en España, en Francia y también en Japón. El mes pasado fue en Brasil. Era la prueba de fuego. Pero les ha encantado, ha habido buenas críticas en los periódicos, han concebido el disco en toda su dimensión. Estamos muy contentos, es un honor que a los brasileiros les guste y apoyen la idea del brasil celta. Que acepten esa conexión entre Brasil y Galicia y toda la música celta.

-Ha estado en muchos sitios. ¿Cómo viven por Francia, Suiza, Bretaña o Marruecos su música?

-Muy bien. Tenemos un gran público, sobre todo en Europa y ahora en Latinoamérica. Queremos dar conciertos de presentación en Brasil. Estuvimos en Argentina también y Latinoamérica, poco a poco, se va descubriendo como celta también.

-Ha comentado que ha realizado varias bandas sonoras. ¿Cómo fue hacer la de Mar adentro?

-Una experiencia maravillosa. Amenábar es un genio y le gusta mucho la música, por eso fue un lujo trabajar con él y con los actores. Él le prestaba mucha atención a la música, pasó mucho tiempo en el estudio, grabamos juntos, hacíamos casting de instrumentos. Y la verdad es que la música de Mar adentro es una música que funciona por sí misma, no sólo en la película, sino en el directo. Por eso la tocamos en todos los conciertos.

-¿Siempre se ha sentido atraído por la música celta?

-Desde que era un niño de 8 años. Empecé a tocar la flauta en el colegio, me gustaba la música medieval. Al vivir en Galicia, el paso siguiente fue tocar la gaita. Y desde entonces me enamoré de la música celta. Me llamaba la atención que gente de todo el mundo hiciésemos la misma música.

-¿Qué influencias tuvo en sus inicios?

-Desde el principio fueron The Chieftains, mis maestros irlandeses. Empecé a tocar con ellos con trece años, a los 18 me invitaron a tocar en la banda sonora de La Isla del Tesoro. Y enseguida me sugirieron que tocase junto a la música flamenca. Fue algo raro que unos irlandeses me dijeran eso, el flamenco era algo que no tenía nada que ver con nuestra música Pero en el fondo tenían razón, hay muchísimas conexiones. Al juntar el poderío de la guitarra y la gaita encontramos un universo interesantísimo, y por eso he grabado varios discos míos con músicos como Vicente Amigo, Carmen Linares, con gente de Granada... Cantidades de experiencias. Es un mundo muy interesante.

-Muchas son las colaboraciones que ha hecho, ¿alguna que recuerde en especial?

-Son muchas, sí. A mí las colaboraciones me encantan, te abren a nuevas cosas. Colaborar con Amenábar fue algo diferente, o de repente hacer algo con Ryuichi Sakamoto en Japón, que te hace descubrir como sienten los japoneses. También con The Who, con gente de Cuba, como Compay Segundo. Cada experiencia es algo nuevo.

-Sacó su primer disco, A Irmandade das estrelas, en 1996, ¿cómo recuerda aquel momento?

-Yo tenía 24 años y la verdad es que le dediqué tres años a la preparación. Era un disco que abría muchas puertas. Invité a Luz Casal para grabar Negras sombras conmigo, una canción de Rosalía de Castro. Ahí empezó todo y ese disco sentó las bases. En ese momento quedó la marca Carlos Núñez bien clara. Una forma de trabajar que buscaba conexiones con el mundo, con otras culturas. Un poco lo que he conseguido ir haciendo es de la música celta un género universal.

-¿Qué es lo que más ha cambiado desde entonces?

-El arte se va mejorando con la edad. Ahora mismo tengo 39 y creo que sé muchas más cosas, pero la verdad es que el espíritu es el mismo, las emociones son las mismas, simplemente estás más seguro de ti mismo en el escenario. Aprendes a comunicar mejor, tienes más tablas y eres menos tímido. Siento que tengo un público muy amplio, de muchos países, internacional. Me siento muy querido por el público y muy apoyado.

-¿Cómo se ve dentro de unos años? ¿Siempre en la música?

-Por supuesto. Con la música hasta el final.

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