Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Arquitectura

El mío es más grande

  • La fiebre de los rascacielos no para en España, Málaga es otra de sus víctimas, pese a que la caída de las Torres Gemelas de Nueva York parecía su final

Mientras en Málaga se presentan proyectos de futuro generados por ordenador o se discute su necesidad, el resto de España ya se ha dejado llevar por la fiebre de los rascacielos. Las plazas tradicionales de esta tipología, Madrid, Barcelona y Benidorm siguen sumando piezas en sus respectivos skylines, mientras ciudades más tímidas se han sumado a la carrera por acercarse al cielo: Valencia, Bilbao, Sevilla, Gijón, Cádiz, Ponferrada y El Ejido, entre otras. Todo el mundo los ama.

Y esto no es más que un pequeño reflejo de lo que sucede en el resto del planeta. Dubai ha perdido la cabeza y ya tiene casi terminado Burj Dubai, la estructura más alta del mundo con sus 818 metros -va por los 656 metros de altura, con 171 plantas terminadas-. Lo nuestro, como siempre, es más modesto.

Las medidas españolas son menos ambiciosas que, por ejemplo, las orientales, pero no deja de llamar la atención la eclosión de torres por toda nuestra geografía. Pese a la crisis del ladrillo -así llamada por todo el mundo, ¿por qué no del hormigón?- son pocas las torres que parece que sólo vayan a quedarse en el papel.

El Ejido está cerca de inaugurar su flamante Torrelaguna, un complejo de oficinas, viviendas y galerías comerciales de más de cien metros de altura y 28.000 metros cuadrados de edificabilidad. Estos 30 millones de euros destacan en la planicie almeriense de un modo más que notable. ¿Algún valor arquitectónico? Ninguno. Al menos, puede pasar como un guiño cómico a la revista Cortijos y rascacielos, uno de los referentes de la modernidad española de los años 30.

Zaragoza también ha querido tener su icono en altura, la Torre del Agua -recuerden que es el motivo de su expo y todo encajará-, aunque sus escasos 70 metros de altura no llaman mucho la atención sí lo hace su diseño. Su autor, Enrique de Teresa, dice que imita una gota de agua y que por la noche estará totalmente iluminada -así compensa su escasa altura-.

Caixa Galicia ha desarrollado el proyecto de los dos rascacielos que promoverá en Someso. Llamadas puerta de la ciudad por el alcalde, se trata de dos torres de 32 pisos cada una. No es el único desafío gallego a lo cielos.

Desde la periferia peninsular se han planteado tener una gran torre desde Badajoz a Murcia -la suya ya está en construcción-, así que Málaga no podía ser menos. Aquí se han manejado grandes nombres para nuestros aún fantasmales sueños: Ferrater, Forster, y ahora I. M. Pei -que esta semana envió a dos arquitectos de su despacho a conocer la ciudad-. Precisamente, Pei es el responsable de la Torre Espacio de Madrid, una de las cuatro enormes construcciones que se alzan orgullosas en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Él, César Pelli y Norman Forster son algunos de los grandes nombres que han visto su oportunidad en España, y ahora también en Málaga.

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