Cultura

"Lo que nos importa es sentirnos dentro del continuo del rock"

  • El artista neoyorquino estrena en Sevilla una composición exclusiva para 'The Morning Line', una de las piezas centrales de la Bienal de Arte Contemporáneo

The Morning Line, una de las piezas emblemáticas de la tercera edición de la Biacs, se inauguró la pasada semana con el estreno mundial de las piezas de Bruce Gilbert, Florian Hecker y Lee Ranaldo, quienes han escrito composiciones concebidas específicamente para esta instalación multidisciplinar -a caballo entre la arquitectura, la geometría, la música, la física y las matemáticas- dirigida por británico Matthew Ritchie.

Horas antes de la premier, hablamos con Lee Ranaldo (Nueva York, 1956), poeta y guitarrista de Sonic Youth. En activo desde 1981, la banda estadounidense es una de las referencias inexcusables del rock en el último tercio de siglo. Pioneros del noise, figuras tutelares de varias generaciones de bandas independientes y de vanguardia, Ranaldo y sus compañeros (Thurston Moore, Kim Gordon y Steve Shelley) son autores de una discografía que se alimenta por igual de la música contemporánea (se pueden rastrear en varios de sus discos las huellas de Glenn Branca), del pop y del experimentalismo.

-Hábleme de la obra que ha compuesto para 'The Morning Line'.

-En 2005 trabajé con mi esposa, Leah Singer, en un proyecto llamada Drift, una instalación para una galería de arte que reunía sonidos envolventes, poesía y proyecciones fotográficas. He tomado bastantes elementos de este trabajo para trabajar alrededor de una idea: me gusta que la música suene como algo unitario, pero que al prestar más atención, al escucharla en detalle, se repare en que hay muchos elementos dentro, funcionando a un nivel más profundo, y que dan forma al conjunto. Sería una especie de traslación a la música de la composición de las nubes.

-La experimentación es un componente esencial en sus trabajos. ¿Qué le interesa de esta búsqueda constante?

-Es importante para mí, pero al mismo tiempo también me parece una cuestión secundaria. Quiero decir que jamás me he dicho: 'Voy a hacer algo tremendamente experimental'. Responde a la manera natural en que entiendo la música, no es una decisión consciente. Y por otro lado, ¿qué es música experimental? La definición más precisa que se me ocurre funciona por oposición a la comercial: no suena en la radio, no entra en las listas de éxito.

-Ustedes han contribuido a normalizar en el rock, en la música popular, elementos procedentes de las vanguardias, como la manipulación del ruido o la disonancia. ¿Cual es su relación con la música -digamos- académica?

-Nos interesa crear un espacio común para todos nuestros intereses. En general nos atrae la música que plantea desafíos. Me gustan las yuxtaposiciones. El trabajo para The Morling Line toma recursos de la música contemporánea, pero está interpretada con guitarra eléctrica y escenificada con recursos teatrales. Para mí esta convivencia es algo natural.

-¿Cómo han conseguido estar juntos durante 27 años?

-Es difícil imaginar, cuando formas un grupo de rock, que vas a durar tanto. En nuestro caso es fruto de nuestras relaciones personales: seguimos disfrutando al tocar, nos quedan cosas por explorar y no estamos cansados de soportarnos. Muchas bandas rompen por conflictos de egos, pero nosotros nunca estuvimos obsesionados con ser estrellas ni con lograr grandes éxitos. Entendemos la música desde una perspectiva artística, y lo que nos motiva es aplicar métodos y técnicas de las escuelas de arte al rock & roll. Pronto vamos a empezar a componer un nuevo disco.

-¿Cómo viven la monumental influencia que tiene su música?

-Evidentemente, nos hace felices. Pero no nos sentimos importantes por eso. En este aspecto no tenemos secretos: no nos cuesta trabajo admitir que hay un montón de músicos que nos han influido y que en cierto modo han estado envueltos en nuestra obra. Lo que nos importa de verdad es sentirnos parte del continuo de la música rock. Estos procesos deberían ser más naturales y coherentes entre los músicos.

-Estos días se celebra también la Bienal de Flamenco, que cerrará Enrique Morente [con quien el grupo grabó Oriente y Occidente, canción incluida en la reciente reedición de Omega]...

-Fue fantástico conocerlo. Es llamativo que un maestro como él tenga unas nociones tan aventureras de la música. Es llamativo porque implica riesgos. Aunque eso es lo que lo hace tan especial, tan absolutamente fascinante.

-Internet ha supuesto un seísmo para la cultura. ¿Cuáles han sido los cambios más profundos?

-No sé si la gente ha asumido sus repercusiones. Ahora hay más cultura, y mejor acceso a ella, que hace 30 ó 40 años, pero hay tanto de todo que no se sabe muy bien dónde encontrar lo interesante.

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