Cultura

Y llegó Harry Potter...

  • Padres y niños disfrazados de magos rodeaban ayer las pilas de 'Harry Potter y las reliquias de la muerte', la última entrega de aventuras del mago más rentable

Quedaban pocos minutos para resolver el misterio y alrededor de las librerías una cuadrilla de curiosos escoltaban el tesoro mejor guardado por Joanne Kathleen Rowling. Con túnicas negras, sombreros de hechicero y enormes gafas, los pequeños (y no tan pequeños) lectores sabían ayer que a las 18.30, debajo de una abultada sábana, el nombre de Harry Potter les anunciaría una buena nueva. 700 páginas en español con la última dosis de aventuras del mago más rentable bajo el lema Las reliquias de la muerte. Para la ocasión, la librería Libritos había montado un sencillo dispositivo que haría la espera más amena. Un séquito de Brujas del Ministerio se encargaban de repartir chocolatinas "para levantar el ánimo" y pruebas de Timos y éxtasis, exámenes similares a los que se somete Harry y el resto de alumnos de Hogwarts. Por si alguno no sabía de qué iba la historia, junto a la puerta un imaginario Andén 9 3/4 les invitaba a pasar empujando un carro con la lechuza del mago "y entrar al mundo mágico", aclaraba la bruja.

Mientras, desde Ciencia Divertida una avispada inventora impartía clases de pociones. Y en primera fila, el pequeño Pepe de tan sólo 4 años, simulaba con el atuendo que le había confeccionado la abuela a su ídolo de aventuras. "Se ha visto todas las películas y varias veces. Es más cinéfilo que yo", advertía orgullosa su madre. A su lado, Rosalía ataviada de Hermione, la chica más lista de su curso, esperaba la salida del séptimo libro para guardarlo a buen recaudo. "Los tengo todos, pero me estoy leyendo aún el cuarto", explicaba. Desde el pasado mes de octubre su madre había reservado en Libritos uno de lo 120 ejemplares de la librería.

A la misma hora, en El Corte Inglés tan sólo un título parecía llamar la atención del público. Y otro mago, con otros trucos y más aficionados a la singladura del fantasioso estudiante compartían la espera. Hasta que a las 18.30 un simpático arlequín levantaba la sábana negra y las pilas de libros salían a la luz para desaparecer en cuestión de segundos.

Sin más magia que la compra inmediata, 1.500 copias de Harry Potter y las reliquias de la muerte huían de la tienda directas a las manos de lectoras como Zahara. Con 22 años ya había devorado todo lo escrito por la adinerada J. K. Rowling "en español y en inglés", puntualizaba. "Además tengo todas las películas en edición de coleccionista", añadía con el mismo entusiasmo con el que, a buen seguro, abrirá la portada del nuevo hechizo.

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