Piensa Chema Tato que el arte abstracto, la vanguardia rabiosa son característicos del siglo XX y ahora ha vuelto el gusto por la pintura neofigurativa. Él se encuadra en ese grupo de los postmodernos, personas que siempre han tenido una gran información sobre la historia del arte, desde Mesopotamia a Picasso. Claro, no podían faltar las referencias al genio malagueño de este pintor del "paseo marítimo de toda la vida" que ha colgado sus cuadros en las paredes del Parlamento andaluz.

Tampoco es casualidad el escenario elegido porque Chema Tato trabajó 24 años como funcionario en el Palacio de las Cinco Llagas. 24 años de vida en la Cámara andaluza que se podrían resumir en esos 56 cuadros que conforman la exposición de este artista malagueño.

La pintura, a la que se dedica de un modo profesional desde que tenía 30 años, ha sido para él una forma de escapar de la vida cotidiana, sobre todo desde que descubrió que tenía "el don indudable de la pintura y lo tengo que explotar".

Aunque se define postomoderno figurativo, Chema Tato ha practicado todas las técnicas hasta llegar a rozar el abstracto en algunas de sus composiciones. Pero lo que más abunda en su obra son los paisajes, las figuras, incluso los recuerdos del Parlamento andaluz con reproducciones de algún acto. Para Pilar Corbalán, la comisaria de la exposición inaugurada esta misma semana, Chema Tato es "un pintor autodidacta, refinado y culto" que no rehúye ningún soporte ni ningún estilo.

Málaga y Sevilla son también dos temas recurrentes en su creación. La capital de la Costa del Sol asociada al mar, "algo fundamental y, además, vivo frente a él" y la capital de la autonomía donde ha residido 24 años. "Sevilla es una ciudad pictórica por excelencia", dice el autor, quien atribuye al color y la luz de la ciudad hispalense su vuelta a la utilización de los colores más brillantes.

De amplia experiencia en el mundo artístico, ha expuesto varias colecciones en la galería malagueña de Alfredo Viñas, Tatoconsidera que sus cuadros "son bonitos, gustan".