Cultura

Una mirada compartida para quitarse "el miedo a la diferencia"

  • Álvaro Pastor y Antonio Naharro acudieron ayer a Málaga al 'Encuentro con directores' de la Fundación Unicaja con 'Yo, también', su primer largometraje · Recomendaron "poner un Down en cada rodaje"

Después de sacar adelante una película "con tantísimo esfuerzo", Álvaro Pastor y Antonio Naharro se pueden sentir más que satisfechos. Y lo están. Yo, también su primer largometraje a dos manos se ha llevado los mejores halagos, dos Goyas ( a la mejor música y a la mejor actriz) y, sobre todo, una respuesta "más que positiva" del público. Ambos directores coincidieron ayer en Málaga que la mitad del alma de esta historia, "que ayuda a quitarnos el miedo a la diferencia", le pertenece al malagueño Pablo Pineda, convertido en actor por "insistencia" de sus artífices; y la otra mitad a Lola Dueñas, su alter ego. En estos términos se expresaron ayer tres de las muchas patas de este trabajo, durante su participación en el ciclo Encuentro con directores que organiza la Fundación Unicaja.

"Nos interesaba el personaje de un joven, por qué no decirlo, con cara de subnormal pero que fuera más inteligente de lo que parece a simple vista", explicó Naharro ante la mirada cómplice de Pineda. "Al principio tenía mucho cuidado con el lenguaje pero él me lo quitó enseguida", insistió el director. Yo también cuenta la historia de un joven sevillano de 34 años y el primer europeo con síndrome de Down que ha obtenido un título universitario. Comienza su vida laboral en la administración pública donde conoce a Laura de la que se enamora. Para dar forma a este encuentro ambos realizadores tuvieron claro, desde el principio, que necesitaban a alguien "con la necesidad de expresarse, la cabeza bien amueblada y que no estuviera enganchado a sus emociones sino que pudiera transitar por ellas", recalcó Naharro. Y Pablo Pineda dio el perfil.

"Lo más difícil para mí no fue ponerme ante las cámaras sino mostrar mi mundo interior, mis miedos. Sólo faltó que me arrancara la piel", confesó Pineda. La química con Lola Dueñas fue inmediata y aún perdura en el tiempo. "Todavía veo su nombre cuando me llama por teléfono y me emociono", añadió el protagonista. Para sus artífices Yo también les ha brindado, sobre todo, la oportunidad de "contar algo serio, irónico y divertido a la vez", reconoció Pastor. Para ello se desprendieron de la mirada "paternalista" y optaron por centrarse en la capacidad de comunicación y perspicacia del propio Pineda.

"Yo me enfado mucho cuando alguien cuestiona que él esté interpretando o no. No se trata de hacer de uno mismo. Lo que ha hecho requiere valentía e inteligencia. Eso es la interpretación", resumió Pastor. "Se trata de que uno pueda hacer su personaje utilizándose a si mismo", apuntó su compañero. Tanto Naharro como Pastor reconocieron que el rodaje de Yo también fue, en sí mismo, su aportación a la integración y la tolerancia. "Le dimos mucha importancia a la intimidad de todo el equipo. Todos acabamos con la sensación de haber vivido un rodaje diferente, de haber aprendido de ellos", aseguró en referencia al resto de Down que trabajaron como actores. "Te pone en otro lugar. Yo recomiendo a todo el mundo que ponga un Down en su vida", expresó Naharro.

En 2002, Álvaro Pastor y Antonio Naharro dirigieron Uno más, uno menos, cortometraje semidocumental que protagonizaba la hermana de Antonio, también con síndrome de Down. Tres años después nació el corto Invulnerable, la historia de un enfermo de VIH que dirigió Pastor y protagonizó el propio Naharro.

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