Literatura Un escritor de Lima a Malasaña

Los motivos callejeros de Sergio Galarza

  • El autor presenta hoy en la Fnac de Málaga 'Paseador de perros'

El escritor peruano Sergio Galarza (Lima, 1976) cobró cierta notoriedad en España en 2007, cuando la editorial Periférica publicó su libro Los Rolling Stones en Perú, escrito a cuatro manos junto a Cucho Peñaloza. Aquella crónica periodística que jugaba deliberadamente con la ficción llamó la atención de la crítica y de los lectores más atentos a las nuevas voces procedentes de Latinoamérica, las mismas que, éxodos mediante, han venido a hacer de las dos orillas del charco una realidad común. O casi. Por aquel entonces Galarza ya vivía en Madrid y coleccionaba las experiencias que habrían de desembocar en su novela Paseador de perros, que acaba de publicar la editorial Candaya y que hoy presentará el propio autor en la Fnac de Málaga Plaza a las 20:00. El acto contará con la presentación del escritor y periodista Lucas Martín.

Que nadie espere encontrar en Paseador de perros la típica historia de inmigrantes latinoamericanos en España, con sus superaciones y sufrimientos. "De hecho, llegué a escribí una novela que adquirió ese tono típico, pero ni me convenció ni llegó a cuajar", explica el propio Galarza a este periódico. La verdadera semilla de la novela ahora publicada se encuentra en un relato, El mapache, que el autor escribió poco después de llegar a Madrid y asentarse en el distrito periférico de Hortaleza y con el que ganó un premio literario, cuya dotación invirtió en la escritura de Paseador de perros. La premisa es sencilla: un inmigrante encuentra trabajo en Madrid como paseador de canes y esta dedicación le lleva a mantener una relación casi visceral con la ciudad en la que reside. La mirada no está exenta de ira, expresada en citas como la que sigue: "Definición general de Madrid: ciudad de jorobas forzosas por asco a pisar mierda". Galarza se explica: "Lima no es precisamente una ciudad muy limpia, pero me chocó ver tanta mierda en las calles madrileñas. Fue un impacto. Admito que frases como ésta están escritas en caliente, pero cuando revisé la novela e hice las correcciones me gustó ese tono, así tal cual, así que decidí mantenerlo". Pronto salen a relucir en la conversación los elementos autobiográficos, el Galarza paseante, como un Sebald visiblemente cabreado: "En realidad comencé a leer a Sebald una vez pero no me convenció. Mi verdadero padre literario es Julio Ramón Ribeyro, y La soledad del corredor de fondo de Alan Sillitoe me acompaña siempre". También se deja encantar Galarza por Kafka, Hamsun y John Cheever.

Otra cita reveladora: "Algunos escritores deberían pasear perros para ver la vida más allá de sus bibliotecas". Y la correspondiente explicación de Galarza: "Hay determinados escritores que no necesitan salir de casa para escribir. Son genios, tienen una imaginación portentosa. Pero hay otros a quienes sí se les nota que pasan demasiado tiempo encerrados. Como ciertos autores de más de 40 años que se ponen a escribir sobre la rebeldía de la juventud sin saber qué están contando. O gente que se pone a disertar sobre grupos de rock a los que ni siquiera ha escuchado. Y eso, la verdad, me molesta". Para el peruano, esta situación puede entenderse igualmente en clave política: "Cuando llegué a España me sorprendió ver que muchos escritores eran catalogados de izquierdas o de derechas. Eso en Lima no ocurre, seguramente porque en épocas muy duras no se podía escribir sobre política. Pero creo que esa catalogación obedece más a una contaminación ideológica de lo políticamente correcto que a un determinado derecho de expresión. Precisamente, ahora que en Perú la situación ya no es tan difícil y algunos autores se atreven a escribir sobre política, las supuestas adscripciones se revelan de forma parecida".

¿Y qué otras semejanzas y diferencias mantienen la literatura española y la latinoamericana? "La literatura española es más homogénea. Hay gente que hace cosas diferentes, pero les cuesta más salir. En Latinoamérica se recurre bastante a la autoedición, y aquí son las editoriales independientes las que están abriendo el hueco". Y el fútbol: "Escribo como juego, y ahora soy defensa".

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