Cultura

Un mundo perfecto

Teatro Cervantes. Fecha: 29 de abril. Programa: 'Sinfonía nº 10 en Fa sostenido mayor: Adagio' y 'La canción de la Tierra' de G. Mahler. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Solistas: Iris Vermilion (mezzosoprano) y Gustavo Peña (tenor). Dirección: Juanjo Mena. Aforo: Unas 800 personas (unos tres cuartos de entrada).

El segundo concierto que la Orquesta Filarmónica de Málaga dedicaba esta temporada a la figura de Gustav Mahler prometía ser uno de los acontecimientos musicales del año; y fue, sin lugar a dudas, un concierto redondo. Con un atractivo programa centrado en su obra tardía, la OFM ofreció un perfecto compendio del genio mahleriano, que alcanza en los movimientos lentos y el lied orquestado sus más elevadas cotas. Si hay un tempo en el que el músico austro-húngaro se muestra especialmente inspirado, ése es el adagio, y la elección del primer movimiento de su inacabada décima sinfonía fue un acierto.

Por su parte, el ciclo La canción de la Tierra -nunca antes interpretado en las salas de conciertos de nuestra ciudad- es unánimemente reconocida como una de sus más grandes creaciones. Como ha dicho Eugenio Trías, esta chinoiserie es "la más estilizada de todas las obras de Mahler, un oratorio que sabe combinar esmalte, jade y porcelana con la más honda y sentida expresión en canto del dolor y de la vida".

No menos expectativas generaba la presencia como director invitado de Juanjo Mena, flamante titular de la Filarmónica de la BBC, que acudía a nuestra ciudad recién aterrizado de una exitosa gira por los Estados Unidos, en la que ha dirigido con notable éxito a la orquestas de Chicago, Baltimore y debutado en el Carnegie Hall de Nueva York, nada menos que con Hillary Hahn. De este discípulo de Sergiu Celibidache se ha destacado su enorme capacidad para combinar una perspectiva general con una magistral atención al detalle, cualidades éstas que, como pudimos comprobar, casan a la perfección con la meticulosidad y el carácter totalizante -reflejos de la infinita ambición programática, que el propio compositor definió como "la construcción de un mundo"- de las composiciones mahlerianas.

Los buenos augurios sobre Mena se vieron gratamente confirmados con una dirección impecable, que elevó a la orquesta malagueña a su mejor versión. Esperamos poder verlo por estos lares con cierta frecuencia. Igualmente brillante fue la actuación del tenor Gustavo Peña y la mezzosoprano Iris Vermillion, que completaban la nómina de una velada memorable. Lo dicho, uno de los mejores conciertos del año.

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