Cultura

"El cine como negocio y juego me provoca sentimientos contradictorios"

  • Candidato a los Goya como mejor actor protagonista por 'Los girasoles ciegos', llega al Teatro Alameda este fin de semana con el equipo de Animalario para recordar el descenso a los infiernos de Urtain

Podría colar como un simple chico simpático, cercano, de andar por casa, pero Raúl Arévalo (Madrid, 1979) no pasa desapercibido en el cine español. Desde que Daniel Sánchez-Arévalo le diera a conocer como el amigo sui generis de AzulOscuroCasiNegro (papel por el que obtuvo el Premio de la Unión de Actores), su carrera ha ido ganando en respeto y reconocimientos. El más inmediato es la candidatura a los Goya como mejor actor protagonista por Los girasoles ciegos. Antes, se paseará por Málaga este fin de semana con Animalario para recordar la gloria maldita del boxeador José Manuel Ibar, Urtain.

-¿Cómo dio la compañía Animalario con usted?

-Siempre los he admirado mucho, era un sueño por cumplir y, mira por donde, lo he cumplido antes de tiempo. Conocí a Roberto Álamo y Alberto San Juan, me llamaron un día para hacer un taller sobre esta obra, Urtain, y a raíz de eso me propusieron estar en el montaje.

-Interpreta varios personajes, entre ellos el de Pedro Carrasco y Adolfo Suárez...

- Sí. Todos formamos parte del coro que respalda a Roberto Álamo en el papel del boxeador. La voz cantante la lleva él, que está increíble. Es una obra muy divertida de hacer, el ambiente es muy de fiesta.

-¿Le ha sorprendido algún aspecto del mundo del boxeo que no conocía?

-Bueno, siempre me ha atraído, lo he seguido a través de las películas. Pero me ha llamado la atención el respeto que hay entre los boxeadores, a pesar de que se pegan leches. Es muy curioso verlo de cerca.

-Y la figura de Urtain, ¿hasta qué punto le ha impactado?

-Le conocía un poco por mi padre. En aquella época había mucha gente enganchada al boxeo y mi padre recuerdo que llegó a hacerse una foto con él en los años 70. Urtain fue uno de los primeros juguetes rotos de aquella época. Es algo que, en menor medida, ha pasado luego con algunos chicos de Operación Triunfo, por ejemplo. Les suben a lo más alto, les hacen creer que son la elite de España y luego les dejan perdidos. A Urtain le hicieron eso pero a lo grande. Era una persona sin cultura ni preparación y fue decayendo hasta que acabó suicidándose en el 92.

-¿Dónde hay que buscar a los responsables de ese artificio?

-Quizás en los medios de comunicación, productores, directores… Lo que pasa es que hoy día hay suficiente información y es más difícil caer en la trampa, aunque sigue siendo peligroso. A un niño de 17 ó 18 años que sale en una serie, darle muchos dinero y éxito sabiendo cómo es este mundo, que dentro de dos años a lo mejor ya no le paran por la calle, como no tenga la cabeza bien amueblada es jodido.

-¿Cómo encaja su primera candidatura a los Goya como actor principal por Los girasoles ciegos?

- Muy contento con lo que supone , porque es bonito que te mimen el ego, pero también muy tranquilo. Ya sé de cerca cómo funciona todo, el negocio que es, y la importancia de estar en una película y no en otra. Es todo un juego que me provoca sentimientos contradictorios. Te digo, desde ya, que no me va a cambiar la vida. Esa noche me lo pasaré muy bien y ya está.

-Su papel en AzulOscuroCasiNegro, ¿resultó revelador?

-Ha sido la oportunidad de mi vida, conocer a Daniel a través de unos amigos, que hiciera un casting y me cogiera. Eso y hacer El camino de los ingleses con Antonio Banderas son las dos cosas que mayores frutos me han dado .

-¿Banderas impone?

-La verdad es que hace que te quites mucha presión, a los dos días de estar con él ya pierdes el miedo y se te olvida un poco quién es. Creo que me costaría más trabajar con él ahora. Antes lo vivía como un juego. Me da rabia, pero siento más la presión de tener que hacerlo bien, aunque lucho porque no sea así.

-¿Le incomoda la etiqueta de actor revelación?

-Ni me gusta ni me disgusta, me da un poco igual. Le quitas peso cuando ves de qué va el tema. Hace tres años no me quería ver ni un director de casting y ahora me llaman directamente para hacer una película. Es todo cuestión de intereses. Si te dejas llevar es muy divertido pero si lo piensas bien dices: qué triste y qué patético es esto. Maribel Verdú me contó cómo después de hacer Y tú mamá también, la dejaron de llamar y estuvo casi tres años sin que le sonara el teléfono. Luego hizo El laberinto del fauno y ocho películas seguidas en dos años. Y ahora tiene todo los premios del mundo. Es así. Hay que estar preparado.

-¿Hay algo que le disguste en la maquinaria cine español de hoy?

-La obsesión de algunos productores a hacer lo posible por generar dinero. Hacen intentos de películas comerciales que no interesan a nadie. Hace poco leí una frase de un productor del Hollywood clásico que decía "a los productores de ahora les gusta más el dinero que el cine. Cuando les vuelva a gustar el cine volverán a hacer dinero" Y es así, pensando en lo que se va vender no salen buenas películas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios