La propuesta fotográfica que presenta Tyler en JM pudiera tener cierta ascendencia nórdica en su concepto -la catalogación objetiva y sistemática de un motivo- aunque el artista británico consigue descender la frialdad característica de las últimas hornadas de fotógrafos alemanes para introducirnos y sugerirnos una mayor narratividad, complejidad, suma de temas y carga crítica. Tyler toma como leit motiv la construcción de carreteras en la meseta castellana. La seriación de un elemento del entorno tomado reiteradamente en su diversidad y en su grado de construcción/destrucción del medio, dota a ROAD de ciertas dosis de ejercicio de objetivación (imágenes equilibradas, sin presencia humana y con cierto carácter documental). Sin embargo, no podemos hablar de neutralidad en los recursos y herramientas de Tyler -a diferencia de muchos de los fotógrafos alemanes- como el enfoque y los planos, no muy diversos pero en absoluto reducidos a un único tipo, escapando así de la obsesiva, fría y vehemente rigurosidad catalogadora a favor de una vis crítica y expresiva que muestra crudamente los espacios que el ser humano transforma y su impacto. En este orden de cosas, la elección del a-referencial paisaje mesetario imprime a las fotografías cierta capacidad de vacío e indefinición, lo cual vehicularía de manera meridiana a la idea de no-lugar que expusiera Marc Augé como espacios característicos de la Sobremodernidad. Para el antropólogo francés, los espacios de circulación impiden la identificación con el lugar o el paisaje, más aún si ocurre como en estas fotos de Castilla, que vamos directos al infinito y sin hitos a los que prendernos visualmente.

La obra de Tyler se enriquece y complementa con otros registros: la reedición del género de paisaje, intervenido por el hombre en este caso (se desprende, inconscientemente, el noventayochista paisaje castellano como alma nacional); la fotografía de las obras públicas como un rasgo de la fotografía última; o la irrefrenable ansia constructora. Nos azoran algunas imágenes como Layos: en medio de la nada nos esperan las calles pavimentadas y señalizadas, al igual que los vacíos aparcamientos.