Si en los últimos años la proyección en salas de cine de las emisiones de espectáculos de ópera en directo ha venido a paliar en Málaga los efectos del desmantelamiento de la oferta lírica, el ballet no iba a ser menos. Y aunque en el calendario navideño hay algunas interesantes ofertas respecto a esta disciplina en algún teatro de la ciudad, la ocasión la pintan calva para disfrutar hoy martes de un espectáculo de ballet en familia con conexión directa desde Londres: seis cines de la provincia (Albéniz y Vialia en la capital, La Cañada y Goya en Marbella, Alfil en Fuengirola y el Yelmo de Rincón de la Victoria) acogen hoy a las 20:15 en sus pantallas la representación de Alicia en el País de las Maravillas, el ballet de Christopher Wheeldon con la partitura de Joby Talbot, que se celebrará a la misma hora en la Royal Opera House de Londres y que podrá verse en numerosas salas de cine de toda España a través del programa Live Cinema, puesto en marcha hace ya algunos años por la institución británica para la difusión de sus producciones. El libreto, basado en la popular obra de Lewis Carroll, una asombrosa puesta en escena de Bob Crowley y la participación de la Orquesta de la Royal Opera House de Londres, dirigida por David Briskin, convierten la propuesta en toda una experiencia artística que disfrutarán pequeños y grandes.

La bailarina norteamericana Sarah Lamb, que ya cosechó notables éxitos al frente de otras producciones de la Royal Opera House como El cascanueces, Romeo y Julieta y El lago de los cisnes, interpreta a la heroína del cuento de Carroll, mientras en el resto del reparto figuran Federico Bonelli, Edward Watson y Zenaida Yanowsky. Fuentes de la producción recordaron ayer que Alicia en el País de las Maravillas fue el primer ballet creado por The Royal Ballet, en 1995; y que el montaje que hoy puede verse en Málaga se estrenó en 2011 en The Royal Opera House, donde se ha convertido en una pieza clave de su repertorio. Precisamente, su carácter fantástico, el poder evocador de su escenografía y su vocación familiar convierten esta Alicia en un instrumento altamente valioso para inculcar en los más pequeños la afición a la danza, una labor que los primeros escenarios de todo el mundo han decidido tomarse en serio para garantizar un relevo generacional en sus públicos. Alicia ha constituido la gran apuesta de la Royal Opera House al respecto y, tres años después, el mismo público le ha dado la razón.

En la sugerente puesta en escena de Bob Crowley comparece Alicia "atravesando un lago de lágrimas, jugando al croquet con flamencos y puercoespines, y asistiendo a una enloquecida fiesta del té. A través de dibujos, efectos teatrales, proyecciones y marionetas se representan al gato de Cheshire y la sinuosa oruga, con sus dieciséis patas formadas por bailarines en pointe, y que ayudan a crear un cautivador mundo de encanto", según las mismas fuentes. Inspiración para creadores del cine de la talla de Walt Disney y Tim Burton, para escritores como Fredric Brown (su novela La noche a través del espejo es todo un clásico del siglo XX a reivindicar) y James Joyce (que brindó su particular tributo en Finnegans Wake), músicos (el compositor español Federico Ibarra escribió una ópera basada en la obra de Carroll, con libreto de José Ramón Enríquez y estrenada en 1995; por no hablar de los muchos homenajes explícitos en la discografía de The Beatles) y artistas como Salvador Dalí, Alicia sale a bailar. Bienvenida sea, aun en pantalla grande.